La lenteja que consumimos es un alimento 100% importado de países como Canadá
Colombia importó el año pasado 76.996 toneladas de lenteja, una cifra inferior a la registrada en 2021 que fue de 85.232, según los datos que tiene la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya (Fenalce).
Los departamentos que registraron el mayor volumen de destino de esta legumbre fueron Bogotá con 30.470 toneladas; Antioquia, con 17.604 tn; Nariño, con 11.717; Atlántico, con 5.853; Bolívar, con 4.437; Valle del Cauca, con 3.718; y Risaralda, con 878.
El principal exportador de este alimento al mercado colombiano es Canadá, con una participación de 72,54% de las importaciones, seguido de Estados Unidos, con 24,88% y Argentina, 2,58%.
De acuerdo con Henry Vanegas, gerente general de Fenalce, el consumo per cápita aparente de lenteja fue de 1,5 kilogramos durante 2022.
Producción
Con respecto a la producción de este cultivo, según Fenalce, en Colombia no se siembra lenteja. Esto fue corroborado por Jorge Ávila, director de cuarentena vegetal del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), quien dijo que “aquí no se produce lenteja. No hay cultivos, toda es importada”.
La razón para que no se produzca esta planta en el suelo colombiano, es por los costos altos y la baja rentabilidad que brinda a los productores, explicó Ávila.
No obstante, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) viene incentivando en el agro colombiano la siembra de esta leguminosa, junto con el fríjol y la arveja.
“El cultivo de lenteja es incluido en diferentes proyectos de producción y comercialización que la FAO promueve, no solo como medio de subsistencia, sino como fuente de provisión de alimentos para familias y comunidades con las que trabaja, a fin de aportar desde las legumbres una fuente de nutrientes de elevada relevancia”, dijo el organismo internacional.
Las lentejas tienen muchas variedades, dentro de las que se destacan las rojas, verdes y pardas. La puy y de umbría son promovidas por la FAO a nivel mundial, dadas sus bondades nutricionales, económicas y de sostenibilidad.
“Las legumbres contribuyen de diferentes maneras a la transformación de nuestros sistemas agroalimentarios y pueden ayudarnos a hacer frente a múltiples crisis mundiales”, explicó QU Dongyu, director general de la FAO.