Remus busca posicionar a los vinos locales por medio de los avances en investigación
Las importaciones de vino en Colombia llegaron a un récord histórico para 2022. Las cifras mostraron 30% de incremento en el volumen ingresado al país proveniente de naciones europeas como España y Francia. En total, fueron 33,4 millones de litros que representaron un precio de US$108 millones. John Edward Franco, CEO de Remus habló sobre el sector de la viticultura nacional.
¿Cómo empezó a operar la marca Remus?
Remus es una marca de vinos finos, mi familia lleva haciendo vinos hace 40 años. Cuando regresé a Colombia decidimos hacer los trámites de la importación de plantas de uva desde Francia y España, esto fue un proceso de dos años con el ICA.
Nosotros quisimos traer todos los conocimientos de las mejores partes vitícolas del mundo para crear algo mejor. Son vinos que están elaborados con técnicas europeas y que tienen condiciones equiparables a los vinos importados.
¿Cuántas plantaciones tienen en este momento?
Hay clientes que tienen entre siete y ocho hectáreas y estamos en proceso de ampliar este territorio. En Colombia antes no había más de 10 hectáreas en viñedos. Desde que comenzamos a trabajar acá, hemos triplicado la cantidad de territorio dedicada a este sector.
¿Cuál sería la inversión ideal para empezar un viñedo?
Para un cultivo de una densidad de 5.000 plantas por hectárea se necesitan alrededor de $80 millones. Esto incluye la siembra, asesoría, costos de empleados e insumos hasta el tercer año. Sin embargo es un proceso que tarda alrededor de unos 10 años si se tiene en cuenta todo el proceso productivo.
¿Cuánto vino consume un colombiano?
Los colombianos son malos consumidores de vino. Nosotros no crecimos con una cultura vinícola, entonces el desconocimiento le ha dado un golpe a la industria. En promedio se consumen 0,2 litros de vino por persona en el país. Sin embargo, han llegado algunos vinos más adaptados.
¿Cuáles son las características del vino colombiano únicas?
Nuestros vinos tienen una muy buena complejidad, ayudada por el uso de roble colombiano que se usa para la producción. También, los sabores afrutados han hecho que algunos catadores profesionales no noten la diferencia entre un vino colombiano y un importado, esto es algo para destacar.
¿Cuáles son las proyecciones para el final de 2024 y 2025?
Hay 20 variedades en prueba que tienen una buena perspectiva. Vamos a pasar de una a siete hectáreas y estamos trabajando en la consolidación de dos viñedos más. Estamos convencidos de que en Colombia se pueden hacer muy buenos vinos. Tenemos un potencial agrícola muy grande en el país, y mucho depende también de la regulación de las entidades para su comercio.