'La clave es invertir en tecnología'
La falta de infraestructura agrícola y vías para movilizar el producto les impide tener una perspectiva favorable de lo que viene con el acuerdo.
En entrevista con Agronegocios, Rafael Hernández, presidente de la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz), explicó que hoy 'la pelota está del lado del Gobierno', del que depende en más de 50% la competitividad de los arroceros y en general de los agricultores.
¿Cómo va a enfrentar el sector el TLC con Estados Unidos?
En los seis años de gracia que tendremos estamos planteando la realización del proyecto Amtec (Adopción Masiva de Tecnología), con el que queremos mejorar la competitividad de los productores frente a los TLC y el cambio climático, que por lo que hemos visto llegó para quedarse.
El asunto del clima no es de un semestre o un año, ya llevamos tres años en este problema y se ha afectado el rendimiento y la producción. Estamos buscando bajar los costos de producción por hectárea y por kilo. Por hectárea lo conseguiremos usando menos productos, agua, semillas, fertilizantes y agroquímicos. Y por kilos con mayores rendimientos. Entonces la meta es bajar por lo menos un 20% los costos por hectárea y aumentar entre dos y tres toneladas por hectárea el rendimiento, todo esto en seis años.Sin embargo, esos resultados no dependerán solo de la Federación y los productores, eso tiene que ser un esfuerzo conjunto en donde también debe participar el Estado.
¿Cómo se ha preparado el sector?
En los últimos 20 años hemos aplicado la tecnología y la genética de manera eficiente, y en ese periodo hemos lanzado 17 variedades de arroz con alto potencial de rendimiento. No obstante, eso no se ve si no hay un medio adecuado para expresarlo. Nosotros hemos hecho la tarea en la parte de tecnología, genética, fisiología y agronómica, y lo estamos poniendo en práctica con el Amtec, pero necesitamos inversión importante del Estado.
¿Cuánto necesitan los arroceros para ser competitivos?
Si bien es cierto que con el Amtec podemos mejorar la competitividad, necesitamos el concurso decidido el Estado para invertir en el campo con créditos blandos para la compra de equipos. Nosotros no podemos competir con lo que tenemos actualmente, y si tenemos que ponernos a tono con otros países, tenemos que modernizar el sector, y eso vale plata.No se puede llegar a ese nivel con paños de agua tibia ni con poco dinero. Esto vale mucho. Nosotros calculamos que los programas para hacer frente a la implementación del TLC en los próximos cinco o seis años cuestan alrededor de $485.000 millones.
¿Qué tanto ha hecho el Gobierno en ese sentido?
El Ministerio de Agricultura nos ha manifestado toda su buena voluntad de colaborar, pero falta ver si el Gobierno tiene los fondos suficientes para hacerlo. A nosotros no nos sirve decir que necesitamos $485.000 millones en los próximos cinco años y que el Gobierno nos diga que solo tiene $100.000 millones, porque así no funciona. Esto se hace como está planeado o no habrá resultados.
¿Cómo proyecta entonces la Altillanura?
Todavía no se ha definido si hay que adecuar el río Meta para navegación, o construir un ferrocarril o una carretera, y ni siquiera se ha pensado en una línea que electrifique la Altillanura para modernizarla. Estamos muy lejos de eso. No digo que sea imposible, pero por lo menos se tomará mucho más tiempo del que esperamos. La infraestructura en esa zona es absolutamente nula. En verano se entra en campero, pero en los ocho meses de invierno la única posibilidad es el río, entonces cómo se puede ser competitivo. Eso es algo incipiente. Para desarrollar la Altillanura se requiere de mucho dinero, y no se puede hacer con los ricos, sino con los muy ricos.
¿Cómo se puede mejorar la competitividad?
Le hemos planteado al Gobierno la posibilidad de que el productor haga una integración hacia adelante con miras a mejorar la competitividad, pues no solo es lo que ocurre en el cultivo, sino también en la poscosecha.Cuando estamos en los meses pico de cosecha de arroz el problema de siempre es la sobreoferta temporal que deprime los precios. Por eso consideramos que el agricultor debe manejar su producto no en verde sino en seco, y para eso hay que tener plantas de secamiento y bodegas de almacenamiento.
¿Cómo competir si en Estados Unidos los productores están subsidiados?
Ese es uno de los problemas que preocupa. Ellos tienen un precio mínimo de comercialización, que si baja el gobierno lo compensa.Además, tienen créditos a largo plazo y tecnología, y no solo genética, sino de maquinaria.A todo esto es a lo que tenemos que llegar para ser competitivos, pero estamos todavía lejos, y más si el Gobierno no ejecuta sus compromisos.
Falta todavía voluntad política del Estado
A pesar de que se viene hablando del TLC hace años, los problemas del sector no han tenido solución. Según Rafael Hernández, presidente de Fedearroz, eso obedece a la falta de una voluntad política y de interés definitivo de parte del Estado.
'A nosotros nos dijeron hace muchos años que no éramos eficientes, y nos hicimos a la tarea de hacer genéticamente variedades de alta calidad, y lo logramos con 17 variedades en los últimos 20 años, pero el problema es que no hay zonas en el país en las que se pueda expresar ese potencial', dijo. Según el dirigente gremial, países como Perú, Chile y Ecuador han sabido combinar de manera adecuada la gestión del sector privado y la del Estado, de ahí que actualmente estos países tengan una ventaja en ese sentido.