La asociación que llevará papaya desde una vereda de El Salado hacia una feria en Italia

En la vereda Nueva Pativaca, corregimiento de El Salado, en el municipio del Carmen de Bolívar, nació una asociación que reúne a 36 personas que se dedican a la agricultura, con un proyecto productivo de papaya.

Cada una de esas 36 personas representan un núcleo familiar, que tiene en promedio de cinco a seis personas.

“Vinculamos durante los procesos productivos a los corregimientos alrededor de 3.000 personas que conforman estos núcleos de vivienda, que se benefician laboralmente aprendiendo otro tipo de actividades gracias a esa iniciativa que tenemos”, explicó Jorge Luis Amel, miembro de la asociación.

Ese proyecto nació como una estrategia a una alternativa de subsistencia, según explicó Amel. “Éramos agricultores netamente de tabaco negro, pero con las restricciones internacionales y la ausencia de comercialización en la zona, por temas de violencia, nos quedamos en un limbo, nadie nos compraba el producto y las hortalizas que sembrábamos solo nos permitían subsistir”.

Años atrás, cuando aún operaba el Incoder, funcionarios de la institución les explicaron que el cultivo de tabaco negro no era una garantía en la región, pero que si había potencial en frutales. “Ellos admiraban el área porque veían cultivos de mango, guayaba, etc., cuando nos preguntaron qué sembrar respondimos que papaya porque no se moría en esta área”, agregó.

“Ya llevamos tres iniciativas con cultivo de papaya, con la última que está en ejecución, gracias a la ADR, vamos a pasar de 5 a 19 hectáreas”, explicó.

Por hectárea, un ciclo productivo de la asociación deja cerca de 40 toneladas, y esperan sembrar las 19 hectáreas para febrero del próximo año.

Para la asociación la papaya es el cultivo ‘bandera’. Sin embargo, comparten con otras siembras como ajonjolí, ahuyama, yuca, ñame y lechería, pero a pequeña escala. “Somos más agricultores que ganaderos”, dijo.

“En el proceso de comercialización, la ADR fue la mano derecha para mejorar. Nosotros lo hacíamos de manera informal, con procesos que no eran exigentes y en los que nos incumplían. Esa entidad nos ayudó a mejorar las técnicas, a cómo presentar el producto y venderlo. Con el nuevo proyecto, la alianza está firme con la comercializadora de papaya y banano más grande del Atlántico”, explicó.

Dicha compañía llega con los camiones y sus propias canastillas para recoger la carga. La asociación está encaminada a mejorar y estandarizar el proceso productivo, acoger normas, certificaciones y conseguir predios para exportación.

Esta asociación viajará a Italia a una de las ferias más importantes de Europa, Macfrut 2023. Para Amel, es una oportunidad de generar nuevas alianzas. “Ya no vemos la exportación de papaya como un mito, sino que seremos protagonistas de un proceso que puede cambiar nuestra vida de ahora en adelante”.