Insecticidas caseros a base de ajo y eucalipto, entre las opciones sostenibles del agro
La salud de las plantas es de vital importancia si se quiere tener una cosecha óptima de los cultivos. Los insectos y patógenos como los hongos y las bacterias pueden dañar la siembra, por lo que algunos pequeños y medianos agricultores deciden elaborar sus propios insecticidas de origen orgánico y libres de químicos.
Esto no solo tiene buenos resultados para los campesinos, sino que es mucho más económico, pues los insumos necesitados pueden ser obtenidos de algunos productos del agro como el ajo, leche, tomate, entre otros.
Edgardo Jiménez Martínez, profesor del Departamento de Protección Agrícola y Forestal de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional Agraria de Nicaragua y doctor en entomología (estudio científico de los insectos), publicó una guía técnica de la preparación de bioplaguicidas para el manejo y control de enfermedades agrícolas. Agronegocios consultó el manual y trae cinco plaguicidas que le serán útiles en el control de insectos en sus huertas y cultivos.
Insecticida de ajo y cebolla
El primero de ellos se elabora con cebolla y ajo, un insecticida botánico efectivo contra la mosca blanca y los chinches. Se debe machacar un diente de ajo y una cebolla cabezona, agregar un litro de agua y dejar reposar la mezcla durante 24 horas. Por una bomba de 20 litros se debe agregar un litro de la mixtura.
Existen variaciones en la forma de preparar este insecticida a base de ajo, alternativa que también funciona como acaricida botánico. Para elaborarlo se debe macerar 100 gramos de chile en un recipiente, mezclar el resultado con cinco litros de agua y dejar reposar por un día completo. Luego se debe rallar un cuarto de jabón en un litro de agua y mezclar la anterior mixtura junto con un ajo. Este plaguicida funciona, principalmente, para el ácaro blanco, para la mosca blanca, pulgones y gusanos. La semilla del chile contiene un ingrediente activo llamado capcicina que permite lograr los resultados.
Semilla de neem
Desde tiempos antiguos en la India se utiliza el árbol del neem como un insecticida que no es tóxico para el hombre ni para los animales. En Colombia, el ingeniero agrónomo y profesor emérito y honorario de la Universidad Nacional, sede Palmira, Adalberto Figueroa Potes, investigó durante 25 años las propiedades de esta semilla.
Sus extractos funcionan en los insectos como antialimentario, inhibidor de crecimiento y prolonga las etapas inmaduras ocasionándoles la muerte. Además, disminuye la fecundidad y la oviposición de las hembras en algunas especies. Controla como insecticida vegetal a nemátodos, babosas, virus y algunos hongos en plantas.
Jesús Antonio Reyes, entomólogo de la Unal, aseguró que "introduce en el insecto plaga una muerte directa o un trastorno hormonal y genético, de tal manera que el agente dañino no puede defenderse ni procrear".
Para prepararlo se debe tomar dos libras de semilla del neem, despulparlas, lavarlas y ponerlas a secar, luego se pasa por la máquina de moler y se deja en remojo en los 10 litros de aguas por 24 horas, se cola y se aplica en la huerta.
Cabe aclarar que en una bomba de 20 litros se debe usar un litro de la mixtura. Esta mezcla funciona para mosca blanca, diabrótica y gusano cogollero.
Insecticida de eucalipto
Una forma efectiva de insecticida botánico es el que se elabora a partir del eucalipto, en el que se deben machacar y triturar una libra de hojas en un litro de agua, ir agregando progresivamente más líquido hasta completar cinco litros, dejar reposando durante un día, colar y aplicar a la huerta. Esta mixtura se usa especialmente para combatir a la mosca blanca y minadores de hojas.
Insecticida de crisantemo
El crisantemo es una flor de exportación en la que se especializa Colombia, de las cuales se enviaron 22.563 toneladas a distintos destinos como Reino Unido, Canadá y Chile. Esta planta tiene propiedades insecticidas y se puede preparar una mezcla efectiva contra mosca blanca, áfidos, chinches, gusano cogollero y nematodos.
Para elaborarlo se debe machacar o triturar las hojas y tallos en un litro de agua, dejar fermentar por un día y disolver la mezcla en 11 litros de agua. Debe ser aplicado en la huerta temprano durante las mañanas.
Semillas de guanábana
El insecticida botánico a base de semillas de guanábana tiene alta efectividad contra los gusanos, áfidos, saltamontes y escamas. Se prepara descascarando dos onzas de semillas, las cuales se deben moler, disolverlas en un litro de agua y dejando reposar por un tiempo de 24 horas, se cola y se aplica en la huerta.