Frijoles biofortificados, la opción más viable para combatir el hambre en los pueblos indígenas
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Frijoles biofortificados, la opción más viable para combatir el hambre en los pueblos indígenas

Estas variedades constituyen una oportunidad de agronegocio para los pequeños productores asentados en la Serranía del Perijá y Sierra nevada de Santa Marta.
Agrosavia
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Como una alternativa para mitigar la escasez de alimentos en épocas de sequía de los pueblos ancestrales indígenas de la costa colombiana, Agrosavia realizó una mesa de trabajo regional con autoridades indígenas, entidades del sector y colectivos de la cadena de suministro de frijol, para presentar las ventajas comparativas de los frijoles biofortificados Corpoica rojo 39 y Corpoica rojo 43, variedades con tolerancia a sequía y con un rendimiento superior de hierro (50 % adicional) y zinc (25 % adicional) respecto a las variedades locales disponibles, lo que resultó atractivo para los asistentes, ya que reconocen los frijoles biofortificados como la opción más viable para combatir el hambre en los pueblos indígenas.

Estas variedades son atractivas no solamente para las etnias, también constituyen una oportunidad de agronegocio para los pequeños productores asentados en la Serranía del Perijá y Sierra nevada de Santa Marta.

“Estas ventajas se basan no solamente en su mayor contenido nutricional, también atributos como menor tiempo de cocción, marcan la diferencia en el impacto ambiental del fríjol en zona rural del Cesar y La Guajira pues se requiere menor cantidad de leña para la cocción y menor área sembrada para producir lo que actualmente rinden los materiales locales, lo cual contribuye a limitar la presión de tala en zona de amortiguación de reserva forestal”, aseguró Adriana Tofiño, investigadora Ph.D. de Agrosavia.

Aunque en el mercado el fríjol tiene una tasa alta de intermediación y el productor recibe un valor muy bajo respecto al valor que paga el consumidor final del grano, según Yanine Rozo, investigadora máster de Agrosavia, “el costo de producción real de un kg de fríjol en el norte del Cesar sin riego es de $2.300; mientras que un kg con riego es de $2.700. Esta diferencia en valor unitario es relativa pues sin riego, y variedad local, se producen 800 kg/ha y con fríjol biofortificado 980 kg/ha. En otro escenario, bajo riego se producen 900 kg con semilla local y 1500 kg con fríjol biofortificado. Por tanto, los beneficios del uso del riego y semilla mejorada son muy importantes para la capacidad productiva del sistema de agricultura familiar que siembra en promedio 1,0 - 1,5 ha de fríjol”.

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