Florius, la empresa que lleva flores colombianas a Estados Unidos y otros países
¿Se imagina una empresa familiar de origen neerlandés, inglés y keniano que ahora produzca y exporte flores colombianas, además de tener un hato ganadero y contribuir a la reforestación del país? Esto es lo que hace Florius, que llegó a Colombia en 2017, pero fue hasta mayo de 2018 que formalizó su registro ante la Cámara de Comercio. De acuerdo con su gerente, Julián Pérez, se enfocan en verónicas, hypericum y están comenzando a introducir nuevas variedades como el eupatorium.
Con esta introducción podría parecer que la empresa lleva muchos más años de los que en realidad ha funcionado, pues tan solo con 29 años en el mercado y ocho años en Colombia ha logrado destacar no solo por su producción de flores frescas, sino también por el cuidado que le dedica a cada momento del proceso, desde el cultivo hasta el envío. En este sentido, 2018 fue un año relevante para la empresa, pues también estableció sus cultivos cerca del Cañón de las Garrapatas, en Valle del Cauca, entre El Dovio y Roldanillo. En la actualidad, también cuenta con un centro de poscosecha y distribución en Pereira.
Sin embargo, y tal vez uno de los días más importantes de Florius en Colombia, fue el 11 de septiembre de 2019, pues fue el día que se envió la primera carga de flores al exterior, lo que más tarde consolidaría sus relaciones con Países Bajos y EE. UU., además de los envíos ocasionales que hace a Japón. Esto, después de realizar el proceso del ICA que terminaría por certificarle como exportadora de ornamentales. Su proceso se encarga de unir “las bondades de la agricultura colombiana con la innovación técnica holandesa”.
Entonces, Colombia no fue elegida aleatoriamente para ser uno de sus centros productivos, pues de acuerdo con Julián,la ubicación de los cultivos cuenta con “el ecosistema ideal para el desarrollo de flores de verano, permitiendo que las plantas crezcan con una vitalidad y coloración excepcionales”. Esto, mezclado con tecnologías que incluyen sistemas de riego de alta eficiencia y programas de nutrición diseñados particularmente para las variedades florales que manejan, además de tener un esquema de manejo integrado de plagas sostenible. Julián afirmó que “el objetivo es claro: obtener plantas robustas, con tallos firmes y una vida extendida en florero, que es el sello de calidad de nuestra marca”.
El proceso comienza en la cosecha y el corte de cada flor en su punto óptimo de maduración, para luego pasar a un preenfriamiento controlado. Seguido a esto, la producción se traslada a Pereira, donde los tallos pasan por procesos de hidratación, clasificación por estándares de calidad, protección y empaque. De acuerdo con el ICA, “para exportar plantas, productos vegetales, artículos reglamentados y sus productos ante el ICA debe tener en cuenta que los certificados fitosanitarios se expiden para dar fe de que las plantas, los productos vegetales u otros artículos reglamentados cumplen los requisitos fitosanitarios de importación de los países importadores y son conformes a la declaración de certificación”.
La empresa funciona con la planificación semanal, que es más intensa para los días cercanos a San Valentín, al Día de la Madre y a fin de año. En este sentido, durante los últimos cinco años, Florius ha realizado 555 operaciones de exportación: 45% a Países Bajos, 30% a EE. UU., 24% a Bélgica y el restante a Japón. Solo en 2024 se llegó a la meta de 15 millones de tallos producidos en las 16,3 hectáreas que poseían.
Así, la mitad de sus flores fueron enviadas a Estados Unidos, y el otro 50% se repartió de manera equitativa entre países en Europa y regiones de Colombia, en especial Bogotá y Antioquia. Entre octubre de 2024 y enero de 2025, la empresa logró concretar 18 operaciones desde el aeropuerto Matecaña (Pereira) hasta Los Ángeles con Copa Airlines, llevando su producción al destino final en 18 horas, mucho menos que los 3 o 4 días que se tarda si se mezcla el transporte terrestre con el aéreo.
De esta forma, “fuimos la primera empresa del segmento de flores en implementar perfilamiento de carga con el equipo de vigilancia y control en Bogotá”. Se logró habilitar el transporte de sus cargas de manera aérea, esto debido al trabajo conjunto de la empresa, el Gobierno, el ICA, la Dian y la Policía Antinarcóticos. Así sus operaciones fueron aprobadas por Pereira, Copa Airlines, el Aeropuerto Internacional Matecaña, Invest Pereira y demás autoridades locales.
Para Pérez, la meta es “consolidar al Eje Cafetero como potencia en flores de verano”. Esto con tres pilares fundamentales: el primero, referente al crecimiento escalable y responsable, con la mira en una expansión a 40 hectáreas a corto plazo, y 100 hectáreas en un futuro; el segundo, es la innovación de portafolio y genética por medio del fortalecimiento de Hypericum Coco y Verónica Samrt, combinándolo con “nuevas variedades, priorizando la genética que garantice una larga vida en florero y una alta resistencia a enfermedades, atributos clave para el mercado colombiano e internacional”.
Por último, está la sostenibilidad y el desarrollo territorial, pues la empresa busca generar empleos, especialmente para mujeres, al tiempo que fortalece las cadenas productivas locales y reduce su huella de carbono.
La visión de Florius para el futuro del eje cafetero
Busca posicionarlo como el hub de preferencia para las flores de verano. Esto por medio del crecimiento de su territorio, manteniendo los estándares de productividad por metro cuadrado y la calidad del producto de exportación. A su vez, espera seguir con su compromiso por aplicar principios de agricultura circular, que fue ratificado por la certificación Florverde recibida a inicios de 2025.