Fenagacol aseguró que la industria gallística mueve cerca de $4 billones anualmente
Gran polémica desató el Proyecto de Ley 085 que Andrea Padilla Villarraga, senadora por la Alianza Verde, radicó en el Congreso para prohibir progresivamente las prácticas de entretenimiento cruel con animales y “subsanar el déficit normativo de protección animal y fortalecer la cultura y la responsabilidad social con todos los seres vivos sintientes”, según dice el texto.
Aunque muchas asociaciones y animalistas están a favor de esta iniciativa, con la que se prohibirían las corridas de toros, las galleras y las corralejas, líderes gremiales de la industria gallística salieron a marchar y se conglomeraron en la Plaza de Bolívar el pasado lunes 10 de octubre para protestar contra el Proyecto de Ley.
Campo Elías Manotas, presidente de la Federación Gallística, aseguró que esta iniciativa “va en contravía de las políticas del Gobierno, ya que atentan contra la economía, la cultura y el tema social del país, y pretenden dejar en la calle a más de 290.000 familias que dependen exclusivamente de su sustento del gallo fino colombiano”.
Hace unos años se empezaron a conformar asociaciones regionales y departamentales legalmente constituidas en Cámara de Comercio, que cuentan con RUT, matrícula inmobiliaria, y son administradas por la Federación Nacional de la Gallística Colombiana (Fenagacol).
Olimpo Oliver, su director ejecutivo, señaló que esta organización cuenta con la afiliación de 24 asociaciones distribuidas en el país, y la representación de 3 millones de aves de combate, de entre siete y ocho millones que hay en el país.
“Representamos casi 2.000 gallerías, donde se tienen y entrenan gallos, donde se hacen cruzamientos”, explicó.
Manotas aseguró que de aprobarse este proyecto de ley se afectarían cerca de 290.000 familias que, en su mayoría, son de estratos 1 y 2. “Del total, cerca de 55% son mayores de 40 años, que no encontrarían reinserción laboral en este país, los índices desempleo están altos”.
¿Cuánto mueve la economía gallística?
Según Fenagacol, la gallística mueve grandes cantidades de dinero mensualmente. “Compramos cerca de 21.500 toneladas mensuales de granos como maíz, trigo, arveja, lentejas, sorgo, arroz, la base de la alimentación de los gallos, el maíz equivale a 60% de lo que consumimos”, explicó Oliver.
Las cifras de la entidad gremial muestran que la gallística colombiana gasta $22.000 millones mensuales en elementos para la industria, como medicamentos, vitaminas, purgas, jaulas, guacales, y todo eso que se necesita para mantener al gallo en muy buenas condiciones de bienestar familiar.
“Si se multiplica por doce cada uno de estos temas, además de salarios, seguridad social, prestaciones sociales, calculamos $4 billones anuales que generamos nosotros al torrente económico de nuestro país”, agregó.
El líder gremial aseguró que la industria genera 125.000 empleos directos y 165.000 indirectos, y se ubican en más de 1.000 municipios. “Existen aproximadamente 10.500 galleras, donde se pelean gallos, pero los que lo hacen organizadamente, como un coliseo o estadio, que tiene una plaza, graderías”.
Oliver enfatizó en que estas galleras tienen una infraestructura adecuada y con graderías, porque hay otras que el gremio no tiene la capacidad de contabilizar, como “las que se hacen temporalmente para uno o dos eventos en diferentes veredas del país, en terrazas en el sector urbano, donde las familias lo tienen como ocio, donde citan a gente a pelear gallos o en las salas de las casas. Igual pasa en el campo, hay galleras que son hechas con cartón, plástico, donde se reúnen los campesinos, esas no están dentro del centro, nuestras galleras tienen una estructura física permanente y adecuada para ello”.
El gremio señala que hay más o menos 570.000 personas que van semanalmente a las galleras, pero hay unos aficionados que no van semanalmente, sino cada quince días o cada mes.
“Todo lo que compone el mundo de los gallos en Colombia integra aproximadamente 1,3 millones de personas, movemos una economía inmensa, de la que nadie tiene referencia porque nosotros no éramos visibles en el país, hay un cierto complejo de decir que somos galleros porque la gente nos ve como unas cucarachas que nos podían apartar fácilmente, como una actividad ilícita y oscura”, explicó.