La extensión rural es una alternativa de los territorios en los tiempos de posconflicto
Para un colombiano del común, le sería fácil expresar que Colombia es un territorio diverso, entendiendo como territorio un espacio geográfico que presenta similitudes culturales, demográficas y socioeconómicas, entre otras características, es así, como si se piensa en las condiciones territoriales de un municipio del departamento Choco, difícilmente se encontraran similitudes con un municipio de otra latitud, como lo sería un municipio del departamento de Arauca.
De acuerdo a la anterior afirmación, al pensar en estrategias que permitan avanzar en el desarrollo rural territorial, en el actual posconflicto, es necesario considerar las características propias de cada región, visualizando que las intervenciones que se realicen en los territorios potencialicen el desarrollo integral, cuyo principal objetivo es mejorar los niveles productivos de una manera sustentable, mejorar la calidad de vida de la población y de alguna manera la sensación de felicidad, favoreciendo de esta manera la innovación y el emprendimiento en el sector rural.
Los logros alcanzados por el desarrollo mediante la extensión rural pueden presentar indicadores cuantitativos, dependiendo de los sistemas productivos que se encuentren en ese territorio, por ejemplo a nivel de ganadería, el lograr mejorar las pasturas, la capacidad de carga de la finca se verá positivamente impactando, al igual que los kilos de carne producidos en determinado tiempo; y esto se replica a cualquier sector productivo, pero no se queda allí, pues en condiciones reales esto debe verse reflejado en una mejor remuneración para trabajadores, por ende mayor calidad de vida para varias familias.
En otras industrias como la porcina, la avícola, la acuícola, este crecimiento puede verse reflejado en aumento de su capacidad productiva, por ende, un mayor número de posibilidades laborales, vinculando profesionales, técnicos, personal de servicios oriundos de su territorio, lo cual genera bienestar en la población y posibilidades de empleo remuneradas de mejor manera.
Cabe aclarar que al hablar de extensión rural, la apuesta debe ser mucho más allá de un curso de capacitación, la meta deben ser proyectos productivos viables desde lo técnico y lo económico de tal forma que si los recursos del proyecto son limitados, exista la posibilidad de presentarse a múltiples posibilidades de financiación que existen hoy para el sector pecuario; de igual forma es muy importante generar procesos de confianza entre las personas que reciben la formación con el objeto de dejar sentados los inicios de cooperativas, agremiaciones u otro tipo de organización que favorezca el acceso a ayudas del estado.
Las estrategias que se implementen en el posconflicto deben mejorar la participación de las regiones en las políticas, planes, programas y distribución de recursos del estado, además deben atender las necesidades del territorio y fortalecer su desarrollo, sensibilizando y movilizando a participar de los mismos a autoridades públicas, actores locales y actores externos que aporten o contribuyan al desarrollo rural con enfoque territorial.
Finalmente, se debe lograr que los recursos del Estado, sean una inversión en la población y no un gasto, de tal forma que contribuya adecuadamente a disminuir la brecha entre lo urbano y lo rural, en cuanto a bienestar y oportunidades de desarrollo, aportando de una forma puntual a la equidad e igualdad en el país.