Esta sería la forma más apropiada para proteger sus cultivos de yuca ante patógenos

Actualmente existe una preocupación entre los cultivadores de yuca de la Costa Atlántica, los Llanos Orientales y el Cauca, ya que la bacteria llamada Xanthomonas phaseoli pv. manihotis (Xpm) ha generado daños en los cultivos al causar enfermedades como la bacteriosis vascular o el añublo, que ocasionan la marchitación y descomponen el tubérculo, a tal punto de provocar pérdidas del 15 % al 100% en cerca de dos o tres ciclos de cultivo. Lo que en pocas palabras significa que aproximadamente el 70% de la producción de yuca en el país se tira a la basura.

Es por esto que tras unos estudios de Manihot Biotec, un grupo de investigación de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia (Unal) se encontró una manera de 'engañar' a estos patógenos con la creación de proteínas artificiales, que permiten que en lugar de que la bacteria ataque a la planta permita que esta se vuelva más fuerte para evitar que la dañen.

Nicolás Orjuela Rodríguez, investigador del grupo Manihot Biotec, afirma que “la enfermedad se disemina de un área a otra y de una época de crecimiento a la siguiente, principalmente por la plantación de estacas infectadas, y también por herramientas, insectos y lluvia que la dispersan en las áreas que rodean los cultivos”.

Gracias a las investigaciones de Manihot Biotec, con los genes de la misma bacteria, se han encontrado nuevas fuentes de resistencia para la yuca, a partir de una proteína conocida como Transcription Activator Like Effectors (Tale). Esta molécula cuenta con un mecanismo particular, ya que ingresa al núcleo de la célula, se une al ADN y finalmente manipula la expresión de sus genes.

Sumado a esto, el grupo de investigación de la Unal diseñó estas proteínas artificialmente nombrándolas Tales artificiales o arTales, con las que se podría llegar a 'engañar' al microorganismo y darle un poco de su propia medicina, pues en el laboratorio se hace un pequeño cambio genético en la región genómica que es la encargada de que el patógeno haga daño.

Para llegar a este punto se realizaron tres experimentos: el primero fue con la planta sana; el otro fue utilizando la bacteria y en el tercero se utilizó la modificación de la proteína que se había hecho en el laboratorio. Luego se observó cuál fue el progreso de la enfermedad durante cerca de 27 días, dejando como resultado que aquella planta que contaba con la modificación genética logró reducir el 42% de los síntomas ocasionados por la enfermedad bacteriosis vascular.

“Si esto ocurrió evaluando tres genes resistentes identificados en otras investigaciones, ¿qué pasaría si estudiáramos al mismo tiempo los 29 que el grupo de investigación ha registrado?, la posibilidad de que la planta tenga una resistencia mayor es alta. Es como imaginar la batería de un teléfono descargado, que con cada gen candidato que se añade va aumentando la carga hasta un 100 %”, explicó Orjuela.

El biólogo concluye que “este mecanismo es desconcertante porque se sintetizan señales desde una bacteria, al genoma o material genético de la planta; el efecto que generan las proteínas dentro de la yuca es como un caballito de Troya, que engaña y sabotea desde dentro”. Desde hace algunos años se tienen identificados por el grupo de investigación 29 genes de resistencia de la yuca a las bacteriosis vascular, en municipios como la Vega y Arauca, lo que ha ayudado a que su estudio y manipulación genética avancen.

Esta investigación, que se ha hecho desde la Unal, ha ayudado a que los cultivos de yuca en el país tengan una posibilidad de estar protegidos de cualquier bacteria. Además de garantizar a los agricultores que hay oportunidades para mantener en buen estado sus cultivos, permitiendo que la esperanza de que el factor de pérdida sea muy mínimo.