La FAO pidió incentivar cultivos sostenibles con el ambiente y más saludables
El hambre, la obesidad y otras formas de malnutrición seguirán en aumento si no existe un cambio profundo en los sistemas alimentarios, aseguró José Graziano da Silva, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El directivo afirmó que el problema del hambre y el sobrepeso en el mundo no es la falta de alimentos, sino la falta de acceso a alimentos saludables y nutritivos para toda la población. “La paradoja es que hoy día tenemos casi el mismo número de personas hambrientas que personas obesas y esto va creciendo rápidamente”, aseguró.
Según el último informe de la FAO, en 2017 el hambre afectó a 821 millones de personas y la proporción de obesidad en adultos alcanzó en 2016 el 13,3%, equivalente a 672 millones de personas.
En su intervención, el director general de FAO destacó que la razón del aumento del hambre y la obesidad es que nuestros sistemas alimentarios no están suministrando dietas saludables. “Los sistemas alimentarios que tenemos no funcionan, están diseñados para otra cosa que no es garantizar una buena alimentación. El reto es rediseñarlos”, afirmó.
Graziano da Silva recalcó que la obesidad debe ser tratada como un asunto público, con políticas públicas y no solamente como un problema individual de las personas. “El problema de la obesidad es más complejo que el del hambre. El hambre se circunscribe a áreas específicas, sobre todo a aquellas azotadas por conflictos, sequías y extrema pobreza, pero la obesidad está en todas partes y sigue creciendo en todo el mundo”, señaló.
En ese sentido, el Graziano da Silva explicó que el sistema alimentario es la cadena que incluye los suelos, la producción, la distribución y el almacenaje y llega hasta los restaurantes y las casas “pero no termina ahí”. “Hay una parte que no es visible y que es la que tiene más poder, una ´superestructura´ que condiciona las dietas saludables. Me refiero a las instituciones, a las leyes y los marcos de regulación”.
Graziano da Silva recordó que, a nivel mundial, las principales causas del hambre son los conflictos armados y el impacto del cambio climático. “Hoy el 60% de las personas que tienen hambre están en países que tienen conflictos y el 40% están en países que han sufrido de una sequía, unos de los fenómenos más devastadores para la producción”, recalcó.
Frente a todos estos desafíos, Graziano da Silva hizo un llamado a actuar con rapidez y decisivamente de forma conjunta, con los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, el mundo académico y de investigación. “Todos tenemos un rol que desempeñar para garantizar la seguridad alimentaria”, aseguró.