En la temporada de lluvias, esto es lo que debe saber frente a cómo cuidar los cultivos
Los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), advierten que, para el periodo abril-junio de 2025, las precipitaciones en gran parte de las regiones Andina y Caribe, estarán por encima de lo normal.
Los incrementos podrían presentarse entre el 10 y 40 por ciento en dichos sectores. Para el resto del país, lo más probable son aguaceros con valores cercanos a lo normal. Mientras que para el período julio-septiembre de 2025, lo más probable son chubascos cercanos a lo normal; excepto en el norte de la región Caribe (La Guajira, Cesar, Magdalena y Atlántico), donde se esperan lluvias por encima de lo normal.
Según el Ideam, dichos aumentos serían superiores al 20 por ciento con respecto al promedio histórico de 1991-2020. Adicional a lo anterior, no descarta disminuciones de lluvias entre 10 y 30 por ciento en la Orinoquía y Amazonía.
Con este panorama, lo mejor que pueden hacer los agricultores es estar atentos y tomar las medidas del caso, para que este fenómeno natural no vaya a afectar sus cultivos y los ingresos que dejarían de obtener por la pérdida de sus siembras.
Planificación
Gracias a la planificación agropecuaria y al monitoreo permanente del territorio, hoy el país cuenta con herramientas clave para mitigar los riesgos por exceso de lluvias entre marzo y mayo de 2025.
El reciente Boletín Agroclimático, elaborado por la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra), indica, aunque cerca de 12 millones de hectáreas podrían estar expuestas a amenaza baja y media por exceso hídrico, solo el 1,4 por ciento del área cultivada en el semestre presenta riesgo medio. Advierte que, los departamentos de Antioquia, Cauca, Tolima, Cundinamarca, Valle y Bolívar concentran las mayores áreas en riesgo, especialmente en cultivos como café, cacao, caña panelera, raíces y tubérculos.
Alexander Rodríguez, director técnico de la Upra, dice: “La planificación agropecuaria basada en datos es nuestra mejor herramienta para anticiparnos, minimizar pérdidas y asegurar la producción de alimentos frente al cambio climático”.
Recomendaciones
Deivis Suárez Rivero, ingeniero agrónomo con doctorado en ciencia naturales y docente titular e investigador, de la Fundación Universitaria Agraria de Colombia (Uniagraria), explica: “Cuando se habla de invierno en Colombia, nos referimos principalmente a lluvias intensas, como las que estamos viendo últimamente, lo primero que tenemos que entender es que el exceso de agua puede ser tan dañino como la falta de ella”.
“Si el suelo se satura, las raíces se asfixian, por lo que respiran independientes del resto de la planta, y por ello se pudren, y empiezan a aparecer enfermedades como la pudrición de raíz u hongos”, precisa Suárez.
Por eso, hay que actuar rápido y con inteligencia. En tal sentido, los productores en épocas de invierno, preferiblemente, antes del inicio de estas, deben tomar acciones preventivas que eviten los efectos negativos de este fenómeno natural.
Medidas
Mejorar el drenaje del suelo, mediante el establecimiento de canales (zanjas) de desagüe en las zonas bajas de la finca o parcela. Y tener libres de arvenses y otros materiales estos sitios para no obstaculizar el desagüe del cultivo.
Usar coberturas vegetales o residuos vegetales secos (como la paja o heno) para ayudar a proteger el suelo de la erosión, lo que permite mantener la estructura de este y evitar que se compacte o deteriore.
Evitar labores pesadas, cuando el suelo está muy mojado, ya sea usando maquinaria pesada incluso tracción animal, lo compactamos, y luego limitaríamos el desarrollo de las raíces y la infiltración del agua. Establecer cercas vivas para limitar el efecto de los vientos sobre los cultivos, empleando para ello árboles frutales, maderables, entre otros de porte alto, en el perímetro de la finca.
Más puntos que se deben considerar
Otro punto fundamental a tener en cuenta es que para evitar que un cultivo quede anegado (encharcado) después de precipitaciones, se recomienda la recolección temprana de cosechas y la destrucción de sus residuos, limpiar las canaletas o vías de desagüe, no utilizar maquinaria agrícola, el uso adecuado de agroquímicos y sembrar en hileras, lo que disminuirá la velocidad de las corrientes de agua. Con estas acciones se mitigan considerablemente los riesgos.