El sueño de un futuro más sano y sostenible
La agricultura orgánica es balanceada y en ella se trabaja con la prevención y la nutrición del suelo, mediante abonos orgánicos como el compost y los bioles. No se utilizan químicos sintéticos que son difíciles digerir por el ser humano o los suelos, y que causan enfermedades como el cáncer.
Mi interés en el tema empezó con el propósito de preservar un terreno que colinda con el páramo de Chingaza, un lugar con una gran riqueza hídrica y natural. Queríamos buscar alternativas a los cultivos de papa convencionales que predominan en la zona. Estos cultivos reciben miles de litros diarios de químicos que contaminan los suelos y las aguas permanentemente.
Leí mucho sobre el tema, tomé cursos y viajé a Stone Barn Center en Nueva York para entender y aprender. Lo que más ayudó fue ponerlo todo en práctica para ver qué funcionaba en el frío trópico colombiano. Desintoxicar el suelo nos tomó dos años y, al tercero, nos certificamos Usda, que es un sello orgánico internacional muy estricto.
Fue así como nació Noi Organics. Los productos que cultivamos los transformamos para darles un valor agregado y una duración más larga por medio de la deshidratación. Quitamos agua y conservamos nutrientes. Con estos vegetales 100% orgánicos hacemos mezclas para la digestión, la mente, la memoria, la vitalidad y la energía natural. Tenemos unos registros muy rigurosos de todo lo que hacemos y usamos: limpiezas, aplicaciones, siembras, cosechas, temperatura de compost... Todo lo que tenga que ver con el proceso de los cultivos para controlar y garantizar un producto orgánico limpio, entregando bienestar a nuestros clientes.
El sello Usda Organic garantiza que se tienen procesos orgánicos desde la siembra hasta el empaque. Son productos en los que se puede confiar y que se sabe que por consumirlos se está ayudado al medio ambiente y al cambio climático. A Noi lo auditan una vez al año: revisan siembras, cosechas, aplicaciones, compras, limpieza, bienestar de los empleados, mantenimiento de los bosques, uso correcto de agua y de las basuras, recetas de compost de bioles y preparaciones en finca. Revisan que sea un sistema autosostenible que cuida el suelo y ayuda a atrapar CO2.
También llevamos nuestros vegetales orgánicos y carne de cordero de pastoreo a nuestro restaurante Hab Café, el primer establecimiento “farm to table” en Colombia. Está ubicado en el barrio de Chapinero, en Bogotá, donde ofrecemos platos de inspiración colombiana, rindiendo homenaje a la Sabana bogotana, una propuesta deliciosa y a su vez libre de pecado, en la que se resalta la calidad y frescura de los ingredientes. No usamos conservantes ni químicos en la cocina.
Así que lo que se come en el restaurante es limpio, local, fresco delicioso y saludable. Los residuos vegetales que quedan en la cocina los regresamos a la granja para devolver los nutrientes que ha perdido el suelo, volviéndolos un compost muy poderoso.
Hoy en día, tras cinco años de arduo trabajo, logramos adecuar siete hectáreas para el cultivo orgánico, donde producimos tres toneladas mensuales de aproximadamente 35 variedades de vegetales, 200 hectáreas de bosques nativos en conservación, 500 hectáreas de potreros en silvopastoreo y ganadería regenerativa que ayudan a captar CO2 con ovejas y vacas.
Si la demanda del mercado es mayor y todos cultiváramos orgánico, se produciría la cantidad de alimentos adecuada para que los precios fueran más bajos y, al mismo tiempo, todos participaríamos en preservar el medio ambiente y captar CO2 para bajar las temperaturas de todo el mundo.