El proceso para crear una variedad de arroz en el Centro Experimental Las Lagunas

Detrás de un plato de arroz existe un gran proceso que permite a los agricultores sacar el máximo provecho de su cultivo. Este se desarrolla a través de laboratorios en las zonas arroceras del país. Un ejemplo es el Centro Experimental Las Lagunas que hace parte de Fedearroz en Saldaña, Tolima. Allí se crean nuevas variedades de semillas para que el arroz tenga mejor rendimiento, y este procedimiento toma cerca de ocho años.

Esto porque para crear una nueva variedad, la semilla debe cumplir con ciertos requisitos, como una adaptabilidad climática fuerte. No obstante, hay variedades que son específicas para ciertas ubicaciones geográficas, mientras que otras resisten a la variabilidad climática.

Lo anterior es solamente un aspecto, pues dentro de las variables climáticas también destacan condiciones de humedad relativa, déficit de agua, acceso a distritos de riego, calidad de suelo, posibilidad de lluvia. Estas características son las que se tienen en cuenta para determinar que una variedad es adecuada, dejando por fuera las afectaciones por patógenos, virus y enfermedades que atacan a la planta, y que la variedad certificada debe resistir.

El procedimiento para cumplir con los requisitos comienza en el banco de germoplasma. Allí hay cerca de 7.000 semillas genéticas, que por sí solas no constituyen una semilla certificada, pero a partir de esa diversidad se generan los cruzamientos para crear nuevas familias.

Normalmente en la planta del arroz hay un mecanismo de autofecundación, sin embargo, para el cruzamiento y generación de nuevas líneas, se usa un método manual. Cada año se hacen en promedio 8.000 líneas a partir de cruzamientos. De esa cifra, solo unas cuantas son candidatas para ser variedades: el 99% es descartado. Se busca satisfacer las necesidades del agricultor, de las industrias, incluso, desde la genética del arroz, se determinan las características culinarias.