El panorama y los retos que enfrentan las empresas locales de cannabis para exportar
El protagonismo que ha conseguido la industria del cannabis se muestra como una gran oportunidad para las empresas locales que, además de generar una demanda interna, han encontrado lugar en el mercado internacional.
Según cifras de la Asociación Colombiana de Industrias del Cannabis (Asocolcanna), a diciembre de 2020, 28% de las empresas miembro había exportado y para este año la cifra podría incrementarse hasta siete puntos porcentuales.
“ Esperamos que más empresas empiecen a exportar este año y una meta sería que 35% de las empresas afiliadas a Asocolcanna alcancen a participar del mercado de exportaciones”, señaló Rodrigo Arcila, presidente de la asociación.
El mercado de cannabis puede dividirse en tres categorías: CBD, que no tiene componentes psicoactivos; medicinal, que requiere prescripción médica y puede tener o no componentes psicoactivos (THC) ; y de uso recreativo, que contiene tanto CBD como THC. El país, a la fecha, ha logrado incursionar en la exportación de las tres categorías.
En 2020, por ejemplo, el total de exportaciones alcanzó US$5,1 millones, con un incremento de 1.555% frente a lo registrado en 2019, y este año, según proyecta Asocolcanna, la cifra seguirá creciendo siempre y cuando más empresas se acerquen a este mercado y avancen en el objetivo de cautivar al mercado internacional.
“Colombia no va a hacer masa crítica con dos, tres o cinco empresas. Se necesitan muchas, con oferta suficiente y alta calidad certificada para que el país sea reconocido como fuente importante de oferta de productos y materia prima en el mundo”, indicó Arcila.
Pero ¿qué ha frenado a las empresas locales a incursionar, aún más, en las exportaciones? Los expertos explican que la regulación y los largos procesos a los que deben someterse las compañías serían los mayores desafíos.
Borja Sanz de Madrid, presidente de Pideka, la primera compañía en lograr la exportación de cannabis medicinal con THC a México, comentó que en su caso se trató de un recorrido largo, en el que no solo hubo que cumplir los requisitos del Gobierno local, sino también de México, que en este caso era el país al que llegaba el producto de exportación.
“No vale tener todo procesado y legalizado en el país de origen si no se tiene también en el país receptor. Es un proceso tedioso, de mucho trabajo para cumplir con los pasos y los requisitos que pedían los gobiernos”, señaló.
Otro elemento con el que tuvo que lidiar la compañía y al que se enfrenta la industria constantemente es que, al tratarse de un mercado reciente o nuevo, los procesos son más lentos y requieren del cumplimiento de varios requisitos.
“Toda la novedad genera confusiones y pasos que, por desgracia, no son tan rápidos como nos gustaría. Realizamos la legalización vertical de todo lo que supone la primera exportación de THC psicoactivo comercial, incluso, un proceso para sacar un código arancelario para esta misma exportación porque nunca se había exportado THC comercial a México. Es importante agilizar los procesos”, precisó Sanz de Madrid.
La industria dice que la exportación avanzará cuando más empresas se aventuren en este camino y las compañías reiteran que para lograrlo se necesitan procesos más rápidos, pero, ¿se trata de un rezago global o local?
Diego Márquez Arango, asociado de Del Hierro Abogados, explicó que el mercado, en general, está hiperregulado y cuenta con muchos tipos de normas, nacionales y supranacionales, en parte por el “rechazo político, jurídico e histórico que ha tenido el cannabis”, pero señaló que una solución es que las autoridades pierdan el miedo.
“Al ser un mercado naciente, hay muchos obstáculos, sumado a que exportar productos que se han considerado prohibidos genera ese tipo de bloqueos técnicos y jurídicos. Pero una recomendación es que debe haber una voluntad real del Gobierno de promover la producción, la exportación y facilitar la regulación; la norma está bien pensada para que sea segura, incluso que el Estado intervenga, pero hay que perderle el miedo porque por eso las autoridades piden más de lo que deberían”, añadió Márquez Arango.
Por su parte, Juan Diego Álvarez, vicepresidente de asuntos regulatorios de Khiron, otra de las compañías líder en la exportación de cannabis, señaló que otro de los grandes retos es el control de calidad.
“Poder garantizar la homogeneidad con relación a los requisitos internacionales va a ser fundamental para poderle dar acceso a los productos nacionales en esos mercados”, dijo Álvarez, y resaltó que desarrollar productos terminados le generarán un valor agregado real al país, “cualquier otra apuesta de reprimarización de la industria terminará por ser una apuesta a corto plazo”, concluyó.
Los actores ven un panorama positivo para las exportaciones de 2021, pero coinciden en que la agilización de los procesos favorecerá a toda la industria. Euromonitor International estima que para 2025 el mercado de cannabis colombiano alcance US$1.035 millones, lo que representaría un incremento de 11.150% frente a 2020.
Continúan las exportaciones con THC
Luego de su primera exportación de cannabis medicinal con THC, Pideka se enfocará en las ventas externas a Europa. “Este año nos gustaría tener unas exportaciones por encima de US$60 millones”, precisó Borja Sanz de Madrid, presidente de la compañía.
Avicanna, otra de las empresas fuertes en la industria local, le sigue el paso y anunció que Santa Marta Golden Hemp, una de sus subsidiarias, logró exportar con fines comerciales dos lotes con un volumen total de 20,75 kilogramos de derivados de cannabis psicoactivo con alto contenido de THC y CBD a Chile.