El misterio de los círculos de cosecha, ¿Alienígenas o bromistas? Explorando teorías
Un fenómeno que despierta perplejidad e intriga entre muchas personas son los círculos de cosecha que se han convertido en un tema de conversación recurrente en la cultura del misterio. Estas formas geométricas en los campos agrícolas, inicialmente vinculadas al Reino Unido, extendieron su presencia a otras partes del mundo en las últimas décadas. Pero, ¿Qué hay realmente detrás de estos enigmáticos patrones en la tierra?
Aunque la cultura popular moderna tendió a asociar los círculos de cosecha con fenómenos sobrenaturales o extraterrestres, la realidad es menos fantástica. Según el portal El Confidencial, los primeros registros de círculos de cultivos genuinos datan de la década de 1970 en la campiña inglesa, según un artículo de Nature. Sin embargo, el fenómeno se hizo más prominente en las décadas siguientes, con círculos cada vez más complejos y elaborados.
Según expertos, inicialmente, la gente atribuyó estos círculos a la actividad del diablo, como se ilustra en un grabado en madera del siglo XVII titulado "The Mowing Devil". Pero a finales del siglo XX, "La atención se desvió hacia teorías extraterrestres, especialmente cuando apareció un elaborado círculo de cultivo cerca de Stonehenge en la década de 1990. Este caso en particular mostraba un patrón de inteligencia que desafiaba las explicaciones convencionales", expresaron.
A lo largo de los años, se han propuesto teorías para explicar la formación de estos círculos, desde lo asombroso hasta lo absurdo. "Algunas sugerencias incluyen la actividad sexual de erizos, patrones de viento precisos, campos de energía terrestre indetectables científicamente e incluso líneas ley", añadió. Sin embargo, la única causa conocida y comprobada de los círculos en las cosechas son los humanos.
El misterio detrás de los círculos de cosecha se desveló en septiembre de 1991, cuando dos hombres confesaron haberlos creado como una broma durante décadas para hacer creer a la gente en la presencia de ovnis, según un artículo del LA Times. Aunque la mayoría de los círculos ahora se atribuyen a bromistas, los investigadores siguen buscando datos sobre aquellos que no se pueden explicar, los "Círculos de las cosechas genuinos".
Por su parte, la pantalla ha mostrado escenas de invasiones alienígenas, donde los círculos en los campos de maíz se convierten en heraldos de un evento sobrenatural. Sin embargo, la verdad detrás de estos círculos va más allá de la ficción cinematográfica. ¿Son realmente marcas de aterrizaje extraterrestre? ¿O es solo el resultado de la travesura humana?
El fenómeno de los círculos de las cosechas no es nuevo. Se remonta a 1978, cuando el primer círculo apareció en Winchester, Reino Unido, desencadenando un frenesí mediático.
¿Su origen?
Dos artistas, Doug Bower y Dave Chorley, quienes se atribuyeron la creación de estos patrones intrincados. Sin embargo, a medida que los círculos se multiplicaban por todo el mundo, algunos aún se resistían a creer que la mano humana era la única responsable de estas formaciones, argumentando que algunos eran demasiado complejos para haber sido creados por simples mortales en una noche.
Según National Geographic, "los círculos de las cosechas han sido objeto de una amplia gama de teorías, desde lo científicamente hasta lo absurdo", comentaron. Algunos expertos sugieren que son el resultado de patrones climáticos o campos de energía terrestre, mientras que otros los atribuyen a la actividad extraterrestre.
Sin embargo, la realidad es más mundana de lo que parece. En palabras de los propios artistas responsables, Bower y Chorley, demostraron cómo crearon los círculos como una broma, utilizando herramientas simples y una estrategia meticulosa.
A pesar de esta revelación, el misterio de los círculos de las cosechas sigue generando fascinación y debate. Mientras algunos los consideran una obra de arte humana, otros continúan buscando respuestas más allá de lo evidente. En última instancia, la verdad detrás de estos enigmáticos símbolos radica en la intersección entre la imaginación humana y la realidad tangible.