“El Jardín Botánico José Celestino Mutis alberga cerca de 2.200 especies vegetales”
El Jardín Botánico de Bogotá está de celebración. En este 2025 cumple 70 años de una labor invaluable para la biodiversidad en este santuario natural. María Claudia García, su directora, habló de cómo van y, claro, su aniversario.
¿Qué balance hace de este año en el Jardín Botánico de Bogotá?
Este es un año muy importante para el Jardín Botánico José Celestino Mutis que a sus 70 años de fundación por el padre Enrique Pérez Arbeláez, reafirma su papel como referente en conservación, educación e investigación ambiental.
Hoy seguimos consolidándonos como centro de investigación, con un compromiso claro con la conservación de la biodiversidad de los ecosistemas altoandinos y de páramo y llevamos nuestro trabajo más allá de las 20 hectáreas del Jardín, actuando en todo el territorio de Bogotá.
En el marco del Plan de Desarrollo Bogotá Camina Segura y en articulación con la Secretaría Distrital de Ambiente, avanzamos en la gestión del arbolado y la renaturalización urbana. Durante este 2025 nos hemos propuesto plantar 6 mil árboles, teniendo como meta alcanzar 20 mil durante la actual administración.
Los bosques urbanos son una herramienta muy potente en la construcción de ciudades verdes y sostenibles necesarias para el mundo. Al respecto, estamos trabajando para lograr la consolidación de cinco bosques urbanos, que se sumen a los siete que fueron reconocidos oficialmente en 2024. Tres de estos bosques adicionales están en el suroccidente, zona que tiene el mayor déficit de coberturas vegetales, los mayores problemas de calidad ambiental por mala calidad del aire y los mayores riesgos por islas de calor ante el cambio climático. Nuestra meta es consolidar y fortalecer este año 12 bosques urbanos.
Los siete bosques que vienen con un proceso previo son: San Carlos (Rafael Uribe Uribe), Parkway y La Esmeralda (Teusaquillo), Santa Helena (Suba), Arborizadora Alta (Ciudad Bolívar), Brazo Salitre (Barrios Unidos) y Ciudad Montes (Puente Aranda). Estos espacios se fortalecen con programas de educación ambiental y ciencia participativa. Los del 2025 son: Gran Granada (Engativá), Canal Modelia (Fontibón), Timiza y Colegio Bicentenario (Bosa) y parque el Tunal (Tunjuelito)
En línea con ello, con la estrategia “Encontrémonos en los bosques urbanos”, lanzada en mayo, promovemos la apropiación ciudadana del verde urbano mediante talleres sobre coberturas vegetales, agricultura urbana, árboles patrimoniales, jardines biodiversos y manejo silvicultural. Además, realizamos actividades como avistamiento de aves y reconocimiento de hongos e insectos, para fortalecer el vínculo de la ciudadanía con los árboles, jardines y huertas de su entorno.
En 2024 y lo que va en 2025 ya hemos alcanzado más de 13.486 árboles nuevos plantados en las localidades de la ciudad, intervenido de más de 5 hectáreas con procesos de restauración con enfoque ecológico y mantenido más de 155.000 metros cuadrados de jardinería convencional y biodiversa en la ciudad. Se espera que al finalizar el año logremos 25 hectáreas intervenidas con procesos de restauración.
Gracias a nuestro compromiso con el arbolado urbano, por quinto año consecutivo Bogotá fue reconocida como una “Ciudad Arbolada del Mundo”, un título otorgado por la iniciativa Tree Cities of the World, liderada por la FAO y la Arbor Day Foundation.
Este año hemos suscrito dos memorandos de entendimiento muy importantes. El primero, con Botanic Gardens Conservation International (BGCI), busca fortalecer la Red Sudamericana de Jardines Botánicos (RSAJB), una alianza que permitirá visibilizar y respaldar el trabajo de los jardines botánicos en la conservación de la diversidad vegetal en la región. Además, contribuirá a optimizar sus capacidades y a identificar y cerrar brechas estratégicas en materia de conservación.
El segundo, firmado con la Fundación Botánica de Los Andes —administradora del Jardín Botánico de Quito—, tiene como objetivo promover la cooperación técnica, científica e investigativa. Esta alianza facilitará el desarrollo de proyectos conjuntos de investigación, estudios de campo y publicaciones científicas, así como la creación de colecciones vivas para la conservación ex situ, con énfasis en grupos como orquídeas y aráceas.
Por otra parte, reafirmamos nuestro papel como referente en sostenibilidad urbana. En el marco de la Expo I Smart Cities, recibimos a una delegación internacional que conoció de primera mano nuestras acciones en infraestructura verde, agricultura urbana y educación ambiental, desde lo cual contribuimos a la mejora de la calidad de vida en la ciudad.
Estamos fortaleciendo nuestra agenda cultural con exposiciones nuevas como Geometría Viva, (27 al 30 de junio) que resalta la magia de cactus y suculentas, y se suma a muestras emblemáticas como las de orquídeas y plantas carnívoras.
Además, con el festival “Voces por la Conservación”, en alianza con la GIZ, promovimos durante tres días y en conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebró el pasado 5 de junio, el diálogo sobre soluciones basadas en la naturaleza, producción sostenible y economía circular, fortaleciendo el compromiso ciudadano con la acción climática.
¿Cuáles son los principales retos que tiene el Jardín Botánico de Bogotá?
Nuestro principal reto es posicionarnos como un centro de investigación de primer nivel que brinda a los bogotanos las herramientas necesarias para enfrentar la crisis climática actual que implica, entre otras cosas, el escenario actual que vivimos con eventos climáticos extremos cada vez más intensos y frecuentes, que a su vez incrementan los riesgos del árbol urbano, de los golpes de calor, inundaciones, y deslizamientos.
Este reto está alineado con el propósito de la Alcaldía Mayor y el Plan Distrital de Desarrollo, que tiene dentro de sus objetivos estratégicos el Objetivo 2- Bogotá Confía en su Potencial: ciencia, tecnología, e innovación para desarrollar nuestro potencial y promover el de nuestros vecinos regional, y el objetivo 4: Bogotá Ordena su Territorio y avanza en su acción climática.
Implica no sólo reconocer y honrar el valioso patrimonio físico y científico que hemos construido a lo largo de estas siete décadas, sino también convertirnos en un aliado que ofrezca herramientas concretas para que la ciudadanía enfrente los desafíos de la crisis climática y la pérdida de biodiversidad.
El desafío está en fortalecer nuestros programas, estrategias y metodologías para que el conocimiento técnico y científico llegue a la vida cotidiana de los bogotanos, a través de acciones como la educación ambiental, la restauración ecológica, la agricultura urbana y la conservación de especies. En este camino estamos avanzando con decisión y compromiso.
Además, somos uno de los principales atractivos turísticos del país. Cada año recibimos más de 400 mil visitantes, entre nacionales y extranjeros, lo que nos posiciona como uno de los destinos más destacados de la ciudad.
Finalmente es una prioridad fortalecer la educación ambiental y la participación ciudadana y para ello seguiremos trabajando nuestras alianzas con el sector privado y la academia. Buscamos impulsar de una forma más profunda la relación de los ciudadanos con la naturaleza.
¿Cómo es el trabajo que hacen en la conservación de la biodiversidad?
La conservación de la biodiversidad es una labor integral que articulamos desde nuestras tres subdirecciones. La Subdirección Científica genera conocimiento orientado a la protección de la flora y los ecosistemas; la Subdirección Técnica Operativa convierte ese conocimiento en acciones concretas en las coberturas vegetales de la ciudad; y la Subdirección Educativa y Cultural promueve los procesos de participación y de educación ambiental y la conexión con la naturaleza que fomentan la apropiación social del conocimiento.
El Jardín Botánico es un banco de germoplasma que lidera investigaciones para la propagación y reintroducción de especies amenazadas y endémicas de los ecosistemas altoandinos y de páramo. Asimismo, nuestro aporte en soluciones basadas en la naturaleza es clave para el desarrollo de infraestructura verde-gris.
En un momento crítico para la biodiversidad global, como el que se vive hoy, es imperativo la unión de esfuerzos y el fortalecimiento de las redes de colaboración. Desde el Jardín Botánico de Bogotá estamos comprometidos con la conservación de la biodiversidad y trabajamos de la mano con las entidades colombianas y con la cooperación internacional como herramienta clave para enfrentar los desafíos ambientales y promover la conservación y el uso sostenible de las plantas y la protección de las especies en riesgo.
¿Cómo va el programa de huertas urbanas y hasta dónde quieren llegar con este programa?
A través de la iniciativa Bogotá es mi Huerta, el Jardín Botánico de Bogotá ha logrado importantes avances en la consolidación de la agricultura urbana y periurbana con enfoque agroecológico. Durante el actual cuatrienio, la meta es acompañar, capacitar y fortalecer 25.000 huertas urbanas, brindando herramientas técnicas y pedagógicas para que sus líderes cultiven de forma sostenible y resiliente.
El programa potencia las capacidades de nuestros huerteros mediante formación en prácticas agroecológicas y comercialización, así como la creación de redes internas de venta y alianzas con el sector privado. Se impulsan espacios como los Mercados Campesinos Agroecológicos, que ya completan 40 ediciones, promoviendo el consumo responsable y fortaleciendo las economías locales.
Muchas huertas generan excedentes comercializables que representan ingresos adicionales para las familias y fomentan la economía circular. Todas se rigen por principios agroecológicos: no usan químicos ni pesticidas, protegen la biodiversidad y emplean prácticas sostenibles como el compostaje y el uso de agua lluvia.
A la fecha, hemos asistido técnicamente más de 7.700 huertas urbanas en las 20 localidades de Bogotá, con una capacitación ciudadana de más de 4.600 personas entre líderes comunitarios, familias y estudiantes.
Además, en articulación con las comunidades, el Jardín ha creado 10 bancos de semillas agroecológicas en igual número de localidades, con la meta de llegar a las 20 localidades durante el cuatrienio. Este esfuerzo fortalece la seguridad alimentaria, la soberanía comunitaria y la preservación de semillas nativas en la ciudad.
¿Qué opina de la agricultura urbana?
La agricultura urbana es una herramienta fundamental para fortalecer la seguridad alimentaria, especialmente frente a los efectos del cambio climático, que hoy impactan la producción de alimentos. También contribuye a conservar la biodiversidad urbana, atraer polinizadores, cambiar nuestra forma de alimentarnos, aplicar la economía circular y agricultura orgánica, manejo de agua lluvia y riego, crear comunidad y transformar nuestro territorio y a integrar los saberes ancestrales y tradicionales con el conocimiento técnico y científico, promoviendo territorios más resilientes.
Desde el Jardín Botánico de Bogotá impulsamos su desarrollo a través de acompañamiento técnico y la transferencia de conocimientos, permitiendo a las comunidades cultivar de manera sostenible. Llevamos a las localidades alternativas productivas que enriquecen la alimentación con especies diversas, algunas de las cuales hemos rescatado del olvido, protegen los ecosistemas urbanos y fortalecen la seguridad alimentaria de la ciudad.
Esta labor responde a una visión de ciudad promovida desde la Alcaldía Mayor de Bogotá, que ha incorporado la agricultura urbana como política de adaptación climática, inclusión social y soberanía alimentaria, posicionando a Bogotá como referente en este ámbito a nivel nacional.
El compromiso de quienes cultivan en la ciudad es invaluable. Gracias a su dedicación, la agricultura urbana se ha consolidado como un modelo exitoso de sostenibilidad, participación comunitaria y transformación del territorio. Por ello, desde el Jardín Botánico seguiremos acompañando y fortaleciendo este proceso con todo nuestro conocimiento y capacidad técnica.
¿Cuál ha sido el mayor aporte del Jardín Botánico de Bogotá en estos 70 años?
A lo largo de sus 70 años de historia, el Jardín Botánico de Bogotá se ha consolidado como un referente nacional e internacional en conservación de la biodiversidad, investigación botánica y educación ambiental. Desde su fundación en 1955, ha sido mucho más que un espacio verde: es un laboratorio vivo, un aula abierta y un centro de pensamiento ambiental al servicio de la ciudad y del país.
Su papel ha sido clave en la conservación de especies nativas, endémicas y en peligro de extinción, mediante colecciones vivas, bancos de semillas, investigaciones científicas y procesos de restauración ecológica. Alberga cerca de 2.200 especies vegetales y cumple una función esencial en la preservación de la diversidad genética de los ecosistemas altoandinos y de páramo. También es refugio de numerosas especies de aves, tanto residentes como migratorias.
El Jardín trasciende sus 20 hectáreas: aplica su conocimiento técnico en las 177 mil hectáreas del territorio urbano y es el único jardín botánico del mundo con responsabilidades directas en la planificación y gestión de las coberturas verdes de una ciudad.
Ha sido además un centro de investigación fundamental para destacados científicos como Thomas van der Hammen y el colombiano César Escallón, y sigue siendo un punto de encuentro para la academia y centros de investigación nacionales e internacionales.
Asimismo, ha liderado procesos de educación ambiental que han impactado a miles de ciudadanos a través de talleres, rutas temáticas, campañas pedagógicas y experiencias vivenciales. Su compromiso ha contribuido a formar una ciudadanía más consciente, informada y comprometida con la naturaleza y el trabajo colectivo.
Para alguien que no conozca el Jardín Botánico, ¿qué es lo mejor que puede encontrar allí?
El Jardín Botánico de Bogotá es un espacio único donde la naturaleza, la ciencia y la educación se integran para ofrecer una experiencia inolvidable. Quienes lo visitan por primera vez encuentran una conexión directa con la biodiversidad colombiana, representada en más de 2.000 especies de plantas distribuidas en jardines temáticos, ecosistemas representativos y colecciones vivas.
Uno de sus mayores atractivos es el Tropicario, el complejo de invernaderos más grande de América del Sur. Con seis domos que recrean distintos pisos térmicos del país, alberga más de 650 especies de plantas, entre las que se destacan orquídeas, bromelias, carnívoras y zamias —estas últimas, verdaderas joyas botánicas de origen prehistórico, así como la imponente Victoria amazónica.
Otro espacio destacado es la huerta agroecológica urbana más grande de Bogotá, con más de 120 variedades de hortalizas, plantas medicinales y aromáticas en cerca de 3.000 m². A esto se suman senderos ecológicos, jardines de polinizadores y medicinales, lagos con plantas acuáticas y zonas para la contemplación y el aprendizaje al aire libre.
El Jardín también ofrece una variada agenda educativa y cultural con talleres, rutas guiadas, exposiciones y experiencias interactivas que promueven el conocimiento científico y el compromiso ambiental. Es un lugar para aprender, disfrutar y reconectarse con la naturaleza en pleno corazón de la ciudad.
En tema del medio ambiente, ¿qué le aporta el Jardín Botánico a Bogotá?
Contribuimos de manera decisiva al cuidado ambiental de la ciudad, a través de acciones que protegen la biodiversidad, promueven la sostenibilidad y fortalecen la educación ambiental. El jardín Botánico José Celestino Mutis es en última instancia, el bosque urbano más grande y diverso de nuestra ciudad.
Una de las principales apuestas del Jardín Botánico es la ampliación y manejo de coberturas vegetales, que ayudan a capturar gases de efecto invernadero (GEI). Actualmente, se cuantifica la captura y almacenamiento de carbono de más de 1.500.000 árboles plantados en Bogotá, así como de la vegetación presente en las 20 hectáreas del propio Jardín. Este trabajo aporta directamente a la mitigación del cambio climático.
Asimismo, a través de la agricultura urbana y el manejo de coberturas vegetales, se ofrecen a la ciudad soluciones basadas en la naturaleza que fortalecen la adaptación de la ciudadanía, los ecosistemas y la infraestructura urbana frente a los efectos del cambio climático.
¿Cómo trabajan con los niños para hacerles entender sobre la importancia del medio ambiente?
El Jardín Botánico de Bogotá desarrolla programas educativos que acercan a niños, niñas y adolescentes al conocimiento de la naturaleza de forma lúdica, vivencial y pedagógica.
Los colegios pueden acceder a capacitaciones y recorridos guiados adaptados por edades, en los que los estudiantes descubren la biodiversidad de Bogotá y comprenden su papel en la conservación del entorno.
Al respecto, se destacan iniciativas como Vacaciones Científicas, para niños de 5 a 12 años, que promueve el interés por la ciencia y el cuidado ambiental mediante juegos y actividades al aire libre; y el Club de Ciencias, que fortalece el pensamiento crítico y la comprensión ecológica en participantes de 5 a 17 años, a través de talleres, experimentos y dinámicas colaborativas. Ambos programas fomentan el respeto por la vida, el uso responsable de los recursos y el compromiso con el planeta desde edades tempranas.
¿Cómo es la investigación científica del Jardín Botánico?
Desde el Jardín Botánico de Bogotá generamos conocimiento orientado a la conservación de la flora y los ecosistemas, con investigaciones rigurosas que responden a los desafíos ambientales de la ciudad y la región.
Nuestro trabajo abarca la conservación in situ y ex situ, la ecología de la restauración, la apropiación social del conocimiento y el uso sostenible de los recursos fitogenéticos (plantas, semillas, raíces y tejidos), fundamentales para proteger la diversidad biológica.
En 2024, realizamos estudios centrados en los ecosistemas altoandinos y de páramo, que derivaron en documentos técnicos que orientan la gestión y divulgación del conocimiento sobre la flora de Bogotá.
Estamos desarrollando investigaciones estratégicas para fortalecer y consolidar el Tropicario como un espacio fundamental para la conservación ex situ de la flora colombiana. Además, hemos documentado el estado y manejo de la colección viva que alberga, la cual incluye más de 650 especies provenientes de distintos ecosistemas de Colombia.
Nuestros hallazgos se proyectan hacia la academia, la comunidad científica y la ciudadanía, a través de espacios de intercambio y publicaciones especializadas. Se destacan artículos en SciELO sobre la conservación de la margarita de pantano, y en Phytotaxa, donde aportamos nuevo conocimiento sobre Amanoa tolimensis, un árbol endémico del Sumapaz.
En relación con otros países, ¿cómo está el Jardín?
El Jardín Botánico José Celestino Mutis es reconocido a nivel internacional y tiene la certificación internacional BGCI Botanic Garden Accreditation, por la excelencia en materia de conservación, educación, investigación y sostenibilidad. Debo decir que desde que llegamos a esta administración nos hemos propuesto a desarrollar una visión estratégica de ciudad, que promover y posicionar al Jardín Botánico de Bogotá como un referente en materia de ciencia, tecnología e innovación.
Además, nos diferenciamos del resto de jardines botánicos de otras ciudades de Colombia y del mundo, toda vez que, somos una entidad que tiene responsabilidades públicas en el manejo y mantenimiento del arbolado urbano, de la capital. Otro gran componente está relacionado con nuestro programa de Agricultura Urbana y Periurbana, en el que desarrollamos todo un componente que combina el fortalecimiento de las coberturas vegetales, la red de rutas agroecológicas, los mercados campesinos y la seguridad alimentaria, con un elemento innovador como es la gastro botánica, entre otros.
Esta diferenciación trae consigo la responsabilidad de acompañar a las instituciones y a los ciudadanos, con base en el conocimiento científico sólido y de nivel internacional en la creación y aplicación de acciones concretas para enfrentar estos retos que nos imponen la nueva realidad climática, y la pérdida sin precedentes de la diversidad biológica y la contaminación.
Y en cuanto al cuidado del medio ambiente, ¿cómo cree que está el país?
Tradicionalmente, Colombia ha hecho esfuerzos importantes en materia de cuidado y conservación del medio ambiente y, en el desarrollo de una gobernanza ambiental de vanguardia y en la creación de Áreas Protegidas.
Sin embargo, en lo personal veo con preocupación, que muchos de los esfuerzos y logros históricos al igual que las metas que tenemos de acciones futuras, se han visto detenidos e incluso en retroceso. Para citarle un ejemplo concreto, llama la atención el crecimiento sostenido de la deforestación en Colombia, cuya cifra, según datos del Ideam aumentó en un 35% entre 2023 y 2024, pasando de aproximadamente 79.256 a 107.000 hectáreas perdidas, el aumento de la deforestación por cultivos ilícitos, y minería ilegal y otros impactos y la falta de cumplimiento de nuestros compromisos climáticos internacionales.
Hemos sufrido en carne propia en la ciudad lo que significa una sequía prolongada y los incendios de comienzos de año. Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo, pero también uno de los más vulnerables a los impactos del cambio climático y las tasas de transformación de nuestros territorios y de aumento de la contaminación nos tienen que llevar a la reflexión, de cuáles son esas acciones urgentes, con base en la ciencia y el conocimiento que debemos implementar y, sobre todo, implementarlas de manera decidida.