El café pergamino premium que las mujeres están comercializando a nivel nacional
Las exportaciones de café en los primeros meses de 2024 han crecido 15% comparando los datos con 2023. Datos publicados por la Federación Nacional de Cafeteros registraron que, en julio, 1.005 millones de sacos se comercializaron por fuera del país. La necesidad de mejorar la calidad de la condición del café en Colombia es algo a lo que diversas empresas, asociaciones y compañías le han apuntado. Esto ha hecho que se comiencen a tener en cuenta factores como un buen manejo del producto con métodos sostenibles.
Motivado también por el deseo de darle un apoyo a las caficultoras del país, nació el proyecto de ‘Mujeres Campesinas’, una iniciativa de Juan Valdez que se ha enfocado en el desarrollo de varios cafetales del país por medio de educación, apoyo comercial y capacitación para tener un producto de excelente calidad.
A 16 kilómetros de Viotá, Cundinamarca, se encuentra la finca El Cedrón en la vereda Bajo Palmar la Asociación de Mujeres Cafeteras de Viotá y Tequendama, Asomucavit. Este grupo de productoras nació en 2013 para consolidar su economía y con el propósito de dar a conocer su producto al resto del país.
“Teníamos la necesidad de que nuestra labor como caficultoras sea reconocida. Nosotras como campesinas hemos podido tener una independencia económica”, dijo Luz Marina Peñaloza, representante legal de la asociación y caficultora.
‘Mujeres campesinas’ se creó en el 2017, proyecto que ha sido fructífero para Juan Valdez y para las caficultoras asociadas. En el lanzamiento de su primera edición, la alianza logró comercializar 1.500 unidades de café cultivado y recolectado por mujeres. Este precedente dio la oportunidad para que en 2019 se hiciera el lanzamiento de marca oficial con otros aliados como Bancolombia y la Federación Nacional de Cafeteros con el objetivo de seguir visibilizando los territorios.
Debido a la participación de nuevas empresas, se ha extendido el apoyo a programas de educación financiera, capacitación en técnicas de desarrollo sostenible y temas de equidad de género. Alrededor de 400 mujeres han visto el impacto de estas iniciativas, siendo 198 las implicadas en el proyecto de aprendizaje económico liderado por Bancolombia.
El resultado de estas ideas ha sido evidente para las cafeteras de Asomucavit. En términos ambientales y de sostenibilidad, las emprendedoras actualmente tienen prácticas como el uso de abono natural para la fertilización de suelos, no solo para ayudar a sus cultivos sino también para reducir sus gastos.
Luz Marina explica que una de cada tres fertilizaciones anuales se hace por medio de la reutilización de recursos como la pulpa de café y residuos convencionales de la finca. También comentó que, en promedio, un bulto de fertilizante químico (50 kg) puede costar $140.000. “Por cada lote de 5.000 plantas se necesitan $3 millones para fertilizantes, nos ahorramos $1 millón de pesos”, dijo la vocera.
Técnicas como la renovación por zoqueo y el análisis de cobertura vegetal también han sido claves para la optimización de recursos y dando una oportunidad a la mejoría de ventas. Dentro de las capacitaciones ambientales del programa, con la ayuda de ingenieros, Asomucavit tiene un espacio de beneficio para el tratamiento del café y la selección de un producto premium.
En promedio, para la selección y tratamiento del café, se necesitan de 10 a 20 litros de agua para su correcto proceso. En el caso de Asomucavit, las cafeteras han reducido ese gasto de agua a cinco litros en su planta de beneficio. De igual forma, con el fin de ayudar al medio ambiente, la asociación cuenta con una iniciativa de reforestación cada tres años con el Acueducto.
En cuanto a su productividad, en los meses de cosecha (abril, mayo y junio), Asomucavit logra recolectar al menos 200 kilos de café premium. Se estima que la utilidad del grano para ser comercializado como un producto de la más alta calidad es de 70%. Al año, en su cultivo la producción puede llegar a los 50.000 kilos con 90.000 plantas entre todos los asociados.
Obviamente el aumento de la calidad del café (pergamino seco) genera un alza en los costos al momento de venderlo. En promedio, el valor de la carga de 125 kilos de café cuesta $400.000; en el caso del producto que ellas venden, lo hacen con un precio de $2.000.000 por cargamento.
María Camila López, directora de sostenibilidad de Juan Valdez, habló sobre el margen de utilidad que las asociaciones vinculadas a ‘Mujeres cafeteras’ tienen con el programa. “Estas son mujeres que reciben un precio diferencial por su producto, sobre el precio base del mercado reciben unas primas que ha llegado hasta 10%”.
En el caso de Juan Valdez, la comercialización que han hecho con las 10 asociaciones y dos cooperativas, entre 2017 y 2024 han comprado 325.162 kilos de café pergamino seco. “Es muy interesante porque el programa siempre está creciendo en términos de volumen”, añadió López.