El anillo rojo y el picudo negro, patologías mortales para el cultivo de palma de coco
Los productores de coco en la Región Pacífica están en alerta por la presencia de la enfermedad conocida como anillo rojo (AR), que está afectando el cultivo de esta planta en gran escala.
Esta afección es causada por el nematodo Bursaphelenchus cocophilus y el insecto conocido popularmente como el ‘picudo negro’ de las palmas o gualpa, que son dos plagas que se encuentran ampliamente distribuidas en el país, perjudicando a numerosas especies de palmas, según la dirección técnica de sanidad vegetal del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
Esta unidad advirtió que los cultivos de coco perjudicados por estas plagas en los últimos años se ubican en Nariño, Cauca, Valle del Cauca y Chocó.
Celso Preciado, representante legal de Federación Nacional de Productores, Comercializadores y Pequeños Industriales de Coco de Colombia (Fedecoco), dijo que entre las acciones que vienen implementando para controlar esta afección, está la instalación de trampas para capturar los insectos, la erradicación de palma afectada y realizando fumigaciones a las plantaciones.
Preciado dijo que no es un problema nuevo, sino cíclico, por eso, junto al ICA, llevan a cabo un rastreo para evaluar la incidencia y establecer el número de palmas muertas por esta enfermedad.
En cuanto a la incidencia que ha dejado esta plaga en las palmas cocoteras, las cifras de Fedecoco indican que hasta el 2019, Nariño era el principal productor de este fruto, con 11.864 hectáreas sembradas, que en producción al año eran 75.000 toneladas de fruta fresca, y generaban $97.500 millones.
Actualmente, 80% de esas plantaciones han desaparecido, y Nariño, el departamento más afectado, tiene alrededor de unas 2.000 hectáreas sembradas con este cultivo, con una producción anual de 12.000 toneladas de coco que generan $16.800 millones.
Para las otras regiones donde se produce coco, dijo Preciado, el nivel de afectación no ha sido tan agudizado como ha sucedido en Nariño, por las condiciones ambientales que tiene esta zona que favorecen la permanencia y establecimiento de este insecto.
Jackeline Gaviria Vega, investigadora máster del Centro de Investigación Palmira de Agrosavia, explicó que las estrategias que se han utilizado para mitigar esta plaga se centran en el uso de feromonas que se colocan en las trampas para atraer y capturar los insectos y controlarlos.
También se lleva a cabo la aplicación de productos químicos o biológicos de repelencia cuando se hace el corte de la palma, para evitar que los insectos se sigan multiplicando.
Los productores para fortalecer el cultivo y la producción deben realizar un monitoreo constante para identificar palmas afectadas a tiempo, mantener activa la red de trampeo, erradicar las plantas afectadas y aplicar insecticidas, entre otras medidas.
Estrategias para adelantar
La amplia distribución de estas dos plagas en el país amerita que los productores de coco establezcan el monitoreo constante del cultivo para detectar y controlar tempranamente la presencia del insecto y la aparición de casos de anillo rojo en palmas. Entre las medidas de manejo están las preventivas, que consisten aplicar las mejores prácticas agronómicas desde diseño del cultivo, selección adecuada del cultivar de siembra, previvero, vivero, establecimiento, nutrición de las palmas y manejo de suelos. Estas patologías y plagas son difíciles de controlar; mientras que el picudo ingresa por la parte de arriba de la palma, la enfermedad del anillo rojo comienza desde la parte baja. Aún no existe una cura para esta enfermedad que ha mermado tanto el cultivo de la palma de coco, por lo que el gobierno debe trabajar junto al sector privado para mitigar el impacto económico.