El abono orgánico vegetal que reduciría el uso de fertilizantes en producción agrícola
Colombia cuenta con una extensión de tierras de 114 millones de hectáreas. De estas, la frontera agrícola, es decir, el potencial para cultivar, son 39,2 millones de hectáreas, lo que equivale a 34% del total, lo cual evidencia la gran oportunidad de trabajo que se puede realizar en este sector.
Para conseguir certificaciones que avalen la calidad y sostenibilidad de las siembras con el fin de exportar, se necesita invertir en productos e implementación de nuevas prácticas y procesos tecnológicos que aporten al desarrollo y mantenimiento de los cultivos libres de plagas, con valores nutricionales, orgánicos y con una reducción máxima posible del uso de químicos en los productos.
En muchas ocasiones los productores pequeños y medianos no llegan a adquirir estos recursos para mejorar sus procesos, porque no cuentan con el apoyo económico y técnico para obtenerlo, es por esto que la revelación de nuevas prácticas, óptimas y accesibles para los agricultores, permite abrir una puerta de oportunidades para el sector.
Diana Sánchez López, investigadora máster del Centro de Investigación Turipaná de Agrosavia, está desarrollando un proyecto basado en un protocolo de elaboración de abono orgánico vegetal, el cual consiste en determinar los materiales, proporciones, vueltas, tiempo y condiciones requeridas para que se produzca el proceso de descomposición en el compostaje.
“Debe tenerse en cuenta que este protocolo se encuentra en fase de investigación y no estamos hablando de una oferta tecnológica, ya que en la Corporación es necesario establecer algunos procedimientos para que estas solicitudes sean aprobadas y puedan estar disponibles para el agricultor”, comentó.
Esta iniciativa nace debido a la necesidad de cubrir las exigencias nutricionales de los cultivos,porque generalmente mantienen un alto costo los fertilizantes de síntesis química y los subproductos presentes en las fincas.
“El hecho de que el campesino produzca su propio abono orgánico para el crecimiento y desarrollo del cultivo le permite aumentar sus ingresos al sustituir el uso de fertilizantes de síntesis química, que en la actualidad representa hasta un 40% de los costos en los insumos para los cultivos”, agregó la experta.
Los fertilizantes o abonos orgánicos son superiores en el uso de los cultivos porque pueden proporcionar un reemplazo nutricional, que se complementa para aumentar los rendimientos e influir en la calidad y seguridad del producto final. “Dado el creciente interés en consumir productos que no sean perjudiciales y que requieran un uso mínimo de agroquímicos, la incorporación de estos abonos es cada vez más importante, ya que permiten cultivar con una agricultura más limpia y sostenible”, concluyó.
Los beneficios de utilizar esta “práctica” para un pequeño y mediano productor es el acceso a un producto o abono de bajo costo de producción. Estos fertilizantes orgánicos pueden ser producidos por el mismo agricultor en su finca, utilizando residuos vegetales y animales o con lombricultura.
“El uso de abonos orgánicos mejora la estructura del suelo, la aireación, la capacidad de retención de humedad, las características físicas, químicas y biológicas del mismo. Con el uso de abonos orgánicos tenemos una agricultura más limpia, que favorece la salud de los productores, a la conservación del suelo y al medio ambiente”, explicó Elías Florez Cordero, profesional de apoyo a la investigación del Centro de Investigación Caribia de Agrosavia.
El experto afirmó que el uso de fertilizantes orgánicos agrega un valor a los cultivos, que son “productos con sellos verdes que tienen mucha demanda en los mercados internacionales”.
Una desventaja de implementar la agricultura orgánica es que las respuestas se logran obtener a largo plazo; además, hay mucho desconocimiento por parte de los fabricantes en este asunto.