Sector cacaotero proyecta una producción de 126.000 toneladas para final de década
Hoy 13 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Chocolate, producto que en Colombia ocupa un lugar importante frente a su contribución para la economía que, según Fedecacao, para 2022, aportó al PIB agropecuario 0,6%, con una producción de 62.158 toneladas de cacao.
En los últimos cinco años, el sector cacaotero ha tenido una tasa de crecimiento de 5% anual. Aunque tuvo una reducción de 10% con respecto a lo registrado para 2021, a causa de fenómenos climáticos, sigue siendo un importante eslabón para la generación de empleos directos e indirectos.
Uno de los fenómenos que incidió en sus bajas productivas en 2022 fue el fenómeno de La Niña. Tal como lo explicó Eduard Baquero, presidente ejecutivo de Fedecacao, las enfermedades, que son el principal problema del cultivo, tienen una mayor repercusión cuando hay fenómenos de lluvia.
Ante la llegada de El Niño, Baquero cree que su afectación no será tan grave dado que el cacao se maneja bajo un sistema agroforestal, se cultiva bajo la penumbra, por lo que hay árboles maderables que le proporcionan sombra.
“Este sistema agroforestal permite que haya unas condiciones menos adversas, en comparación con lo que sucede con el exceso de lluvias que, al originar altos índices de humedad, genera condiciones adecuadas para que las enfermedades se propaguen mucho más fácil”, resaltó Baquero.
En lo corrido de 2023, la producción cacaotera va en una línea similar a lo que obtuvieron para el periodo anterior, a causa de los rezagos de los excesos de condiciones pluviales que acompañaron, inclusive, el primer semestre del año.
En relación con la deforestación inminente que trae como consecuencia este cultivo en regiones como África, en Colombia, lo que hace la siembra es promover la reforestación. Según Baquero, más de 25.000 hectáreas que anteriormente estaban en cultivos ilícitos ahora son de cultivos de este fruto.
Desde la federación se suscribió el acuerdo de cero deforestación, por lo que se manejan prácticas de sostenibilidad, en las cuales prevalece el hábitat de las especies y el cuidado de la microflora y fauna. Sin embargo, una latente preocupación es la implementación de la normatividad para un comercio libre de deforestación expedida por el Consejo Europeo, ya que eso incrementaría los costos en la producción, por un problema que no está presente en el país.
Aunque países africanos como Costa de Marfil son líderes en la producción cacaotera con 2.2 millones de toneladas, Colombia espera competir en el mercado no por la cantidad producida, sino por la calidad ofrecida, cuyos reconocimientos se han dado en importantes ferias como el Salón del Chocolate en París, uno de los eventos más importantes a nivel mundial.
“Esperamos al 2030 estar cerca de 126.000 toneladas, porcentaje importante para un país que lo tiene como producto básico para la canasta familiar y para el tema de las exportaciones. Queremos crecer un poco en nuestro consumo, pero también llegar a nuevos mercados, no tanto como materia prima, sino buscando un valor agregado”, manifestó Baquero.
Las exportaciones para 2022 de cacao en grano y producto final superaron US$131 millones. De los cuales, el producto elaborado y semielaborado, aporto más de US$95 millones. Por ello, se espera conquistar mercados europeos y norteamericanos con calidad y generando valor agregado.
“Hace 16 años, Colombia importaba 12.000 toneladas para su autoconsumo y exportaba 1.300. El año pasado producimos 62.000 toneladas, las importaciones no alcanzaron, ni siquiera, 200 toneladas y nuestras exportaciones, entre productos semielaborados y elaborados, estuvieron cerca de 21.000 toneladas”, resaltó Baquero.
En términos de agroindustria, hoy en día se cuenta con alrededor de 400 marcas de chocolate de mesa. Además, posee más de 15 marcas de chocolate en tabletas que tienen la capacidad de competir con cualquier otra presente a nivel mundial.
La producción cacaotera, en suma, no solo espera crecer sustancialmente en su consumo per cápita, con 1,5 kilogramos personal para 2030, sino que busca contribuir en la economía local de cerca de 60.000 familias que se dedican a su cultivo.