Cuidar el agua hoy y siempre es una necesidad imperante
Con gran preocupación recibimos la noticia de la Agencia Estadounidense Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) en donde se menciona que el año 2014 fue el más caluroso en el planeta desde el inicio de los registros en 1880 y adicionalmente menciona que el 2015 podría ser aún más cálido. Bajo este panorama se hace absolutamente necesario prepararnos para que nuestro futuro, en cuanto al tema del agua, no se vea tan oscuro; para ello debemos identificar las causas y empezar desde ya a hacer los correctivos.
Es tiempo de pasar del dicho al hecho, el cambio climático es una realidad que ya estamos viviendo y que nos está afectando. Esta semana leí que alrededor de 900 millones de personas no tienen acceso al agua, y también que en algunos municipios de Colombia hay una sequía tan extrema que les llega el agua dos días a la semana una o dos horas máximo.
Los que tenemos el privilegio de abrir la llave y recibir agua potable debemos reflexionar acerca del uso que le estamos dando y hacer empatía, de ponernos en los zapatos de las personas que no lo tienen.
A veces este cuento suena muy romántico y trillado, pero los resultados nos muestran que está en peligro el agua del futuro, no del futuro lejano, es de nuestro futuro inmediato.
La verdad, yo no quisiera tener que explicarle a mis nietos el por qué dejamos acabar el agua, porqué la contaminamos, porque no la cuidamos y por qué fuimos indiferentes a lo que estaba sucediendo, pues al final ellos no tendrán ninguna responsabilidad sobre lo que hoy estamos dejando de hacer para conservarla hoy, les estamos dejando un planeta que está en alerta roja. Como seres humanos podemos y debemos crecer, pero eso sí, respetando el futuro de las generaciones venideras.
Aún estamos a tiempo, cada uno de nosotros puede hacer la diferencia y quizás entre todos podamos convencer a aquellos que lideran nuestra sociedad y definen las políticas y trazan las directrices para el cuidado de nuestro ambiente.
El día de mañana habrá menos agua, y tenemos que optimizarla. Educar los niños, que son nuestro presente y futuro, es muy fácil. Es solo pasar de decirles que cuiden el planeta a demostrarles cómo cuidarlo con acciones, hechos y resultados porque, o educamos y hacemos, o lo podemos lamentar después. No olvidemos que nosotros somos su ejemplo.
No podemos olvidar que el agua nace en las montañas y no en la llave, y que la cosa no termina cuando se va por los desagües, pues allí sale contaminada y quizás derrochada, y que más abajo esa agua se la podría tomar otra persona o que aún más grave, esta agua nunca les podría llegar.
Este no es un problema solo de aquellas personas que no tiene acceso al agua, es de todos los campesinos, cafeteros, de los que viven en los centros poblados, de hombres, mujeres y niños, es de todos los colombianos y seres humanos del planeta.
Animo pues, entre todos lo podemos hacer, por nuestro planeta, por nuestros hijos, por nuestro futuro, cuidemos el agua, cuidemos el planeta.