Cuatro formas en las que puede hacer más eficiente el uso del agua en agricultura
Existen alrededor de 1.386 millones de kilómetros cúbicos de agua en el planeta, es decir, 70% de la superficie terrestre está cubierta de agua. Más de 97% es agua salada, solo 2,5% es dulce y 90% de los recursos de agua dulce disponibles en la Tierra permanecen en el Polo Sur, en el Círculo Polar Antártico.
Solo 0,01% del agua dulce se encuentra en ríos y lagos y 0,5% en depósitos subterráneos o acuíferos, esta es el agua potable hábil para consumo y uso humano disponible, esto representa solo 0,007% del agua de la Tierra, cantidad que está disminuyendo paulatinamente debido a la contaminación.
Una parte importante de la demanda proviene de usos agrícolas, que ya representan 70% del consumo mundial de agua dulce. Dentro del proceso de siembra y cosecha es fundamental proporcionar una cantidad considerable y necesaria de agua para la absorción del cultivo, ya que de esto, en gran parte, depende su desarrollo para la transformación del producto o comercialización de la materia prima.
Actualmente, el mundo se encuentra en alerta con el uso de los recursos naturales, su protección y racionamiento es necesario para ayudar a cuidar el planeta, es por esto que los agricultores deben conocer cómo utilizar el agua de forma eficiente, reduciendo sus usos innecesarios sin descuidar y desproteger el cultivo.
El agua en cultivos se debe aplicar para reponer la evapotranspiración del cultivo, que puede ser cubierta completamente por la lluvia o por el riego o una combinación de ambas, puede hacerse con sistemas de riego por superficie, por aspersión y por goteo.
"Se debe regar dependiendo de las propiedades físicas del suelo, la profundidad de las raíces, el estado fisiológico del cultivo, el tiempo meteorológico, la infraestructura de riego, la disponibilidad de agua en la fuente, la experiencia y la cultura del personal a cargo del riego, entre otros", explicó Jonathan Vásquez, investigador máster del Centro de Investigación Caribia de Agrosavia.
Se puede reducir el uso del agua sin afectar el cultivo, con un riego tecnificado, que a partir de la implementación de la tecnología permite a los pequeños y medianos agricultores optimizar los recursos y suministrar la cantidad necesaria de agua de una manera eficiente y productiva para su desarrollo.
Las cuatro formas de utilizar el agua para hacer que dure más y que cubra las necesidades del cultivo son con sistemas eficientes de distribución y aplicación de agua, trabajo de educación ambiental, sentido de pertenencia y empoderamiento del agua.