Crianza responsable de especies acuáticas genera una huella de carbono más baja
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Crianza responsable de especies acuáticas genera una huella de carbono más baja

Según la Autoridad Nacional de Acuicultura, el consumo de pescado se duplica en la época de cuaresma y Semana Santa
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Según datos de la Autoridad Nacional de Acuicultura, el consumo de pescado se duplica en la época de cuaresma y semana santa, siendo la tilapia, la trucha y la mojarra las especies favoritas de los comensales colombianos. Estas, además de ser económicas, tienen propiedades benéficas para la salud, por ejemplo, porque el pescado tiene niveles de colesterol más bajos que la carne de res o cerdo.

Históricamente Colombia no se ha destacado por ser un país de alto consumo de pescado. "Se estima que cada colombiano consume cerca de seis kilogramos al año, a diferencia de países como Perú, que consumen unos 20 kilos de pescado al año”, explica Juan Mauricio Ortega, gerente de la Unidad de Nutrición Humana y Animal de BASF para Colombia, Ecuador y Venezuela.

Sin embargo, añade, en los últimos años se ha venido registrando un crecimiento de este sector, lo que representa una buena oportunidad para el mercado, especialmente considerando la creciente tendencia a privilegiar el consumo de alimentos cada vez más sanos y ambientalmente sostenibles.

“La ventaja es que los animales acuáticos son más eficientes en la conversión y requieren menos kilos de comida que las otras especies, a la vez que le garantizan al ser humano una alta calidad proteica”, dice Ortega, por lo que la industria piscícola puede surgir como una alternativa viable, sostenible y en línea con las prácticas de seguridad alimentaria que se promueven a nivel global.

Sin embargo, muchas de las materias primas que se usan para alimentar a los peces en criadero siguen generando un gran impacto. “Tradicionalmente las dietas para los peces se elaboraban con harinas de origen animal de alta digestibilidad; actualmente es necesario utilizar materias primas de origen vegetal como la soya, que ayuda a la retención de nutrientes para el pez e incrementa la excreción de nutrientes al agua, aumentando la contaminación de las fuentes hídricas”, añade Ortega. Por esto, el reto en la producción de pescado es el desarrollo de soluciones que aumenten la productividad al tiempo que se hace un manejo adecuado del agua.

Para lograrlo, empresas como la multinacional alemana han desarrollado soluciones para incrementar la sostenibilidad en la dieta de los animales acuáticos y contribuir a la reducción de los índices de contaminación en el agua. Así, implementan aditivos en la comida de los peces, con lo que se logra disminuir los índices de minerales que el pescado excreta y se evita que sus heces aumenten la producción de algas, que reducen el oxígeno, afectan el ecosistema y disminuyen la productividad de los cultivos.

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