Criaderos de avestruces ganan más de la exposición de los animales que de la carne
Hace 20 años se abrieron varios establecimiento de crías de avestruz en Colombia con propósitos comerciales pronosticando que este nuevo producto iba ser rentable para los criaderos y consumido por todos los habitantes. Sin embargo, en la actualidad son pocas las personas dedicadas a esta actividad y los precios de la carne y el huevo del ave más grande de la tierra no se han regulado en el país.
Así lo expresó el zootecnista, Gustavo Caicedo, quien agregó que los comerciantes del ave corredora viven más de la exposición de los animales que de los productos derivados de la misma.
“La razón por la cual no tuvo mucha acogida el producto fue porque ni la carne ni el huevo se pudieron estabilizar dentro del mercado nacional. Tiene unas implicaciones comerciales fuertes. Entre estas los permisos y licencia. Se tiene que hacer un faenado con todas las características de calidad para que sea apta para el consumo humando”, explicó el experto.
Otro aspecto que hace que el consumo de carne de este animal no sea tan elevado es el aspecto cultural, pues en Colombia predominan la carne de res y la de pollo, lo que dificulta la entrada y estabilización de nuevas proteínas como la del avestruz.
Por todo lo anterior, los precios de carne son elevados y un kilo puede costar hasta $50.000, mucho para el poder adquisitivo que tiene el colombiano promedio.
“En el país todavía está en una fase de exploración, porque no se ha podido estandarizar los procesos productivos ni reproductivos”, expresó Caicedo.
Con respecto al consumo del huevo, también es reducido y los criaderos vieron en la venta del cascaron una manera de tener ganancias, por lo que lo venden como souvenirs o artesanías.
Es el caso de la Granja de Avestruces ubicada en Villa de Leyva, quienes tienen 98 ejemplares; 90% de avestruces cuello negro y 10% cuello rojo.
El promedio mensual de postura es de 60 a 80 huevos, pero solamente venden huevos infértiles (10 a 15 mensuales) y cascarones vacíos, que se venden in situ a los turistas.
Carlos Arturo Rueda, socio de la finca, señaló que varios son los productos derivados del avestruz como la carne, el huevo, las plumas y aceite. Este último, indicó, ha sido utilizado con gran éxito en la industria cosmética por propiedades humectantes.
Entre tanto, César Salazar, administrador de Avestruces Nimajay, señaló que las condiciones climáticas afectan el levante de huevos, los cuales en un buen mes pueden llegar a 150. Estos son comercializados a la Bogotá, Medellín y la Costa de manera particular y su valor es de $35.000. En total, tienen 280 avestruces, de las cuales 90 son ponederas.
Según Salazar, el negocio empezó bien en 1999, pero en la actualidad es poco la rentabilidad que da el animal y sus productos derivados.