Conozca cómo ha cambiado y avanzado la genética de los caballos colombianos
La genética equina en Colombia ha sufrido grandes transformaciones desde que empezó su tarea por optimizar la raza, proceso que no cuenta con más de 50 años y que ha unificado el mejoramiento de su genotipo con el trabajo de adiestramiento y la evolución genética.
En este sentido, el poseedor de características propias es el Caballo Criollo Colombiano (CCC), el cual es considerado como el más suave del mundo y sus ejemplares han empezado a marcar la diferencia en el mercado internacional. Hoy en día varios de los caballos campeones de EE.UU., Puerto Rico y República Dominicana tiene descendencia de padres colombianos.
Uno de los cambios que más ha contribuido a la purificación genética del caballo criollo colombiano es la prohibición de cruces genéticos de andares diagonales con los laterales, es decir que se separó el cruce del caballo de paso fino con los de trocha, trocha con galope y trote con galope.
La Federación Nacional Colombiana de Asociaciones Equinas (Fedequinas) estableció como parte de su reglamento la prohibición de dichos cruces mediante la resolución 3992 de enero de 2019 y, hoy en día, no se da registro si el caballo tiene mezcla de fino con andares diagonales.
Otro cambio se debe al protagonismo que se le ha venido dando los últimos años a la madre, que hasta ahora sigue siendo el principal factor de selección en los animales. Con las investigaciones genéticas actuales, los criaderos se han percatado de la importancia de su pedigrí y la manera en que éste influye en las probabilidades de obtener un ejemplar integral.
Por ello, la profesionalización de la cría se ha vuelto un método más sofisticado y con los estudios genéticos requeridos, los criadores han empezado a realizar sus cruces, procesos de selección y mejoramiento mediante consulta de expertos y estudios comprobados, con lo que se pasó de ser una actividad que anteriormente se realizaba de manera informal a un proceso de estudios y análisis de probabilidades.
La separación genética con los caballos extranjeros también marcó una enorme diferencia en la consagración del caballo criollo colombiano. Según Lucas Echeverry, especialista en biotecnologías de la reproducción y experto en genética equina, en el tema de competencias, la genética se alejó totalmente de los caballos de afuera y hace años no se volvió a refrescar los cruces genéticos con ninguno de los ejemplares ibéricos, del norte de África u otras regiones.
“Aunque se ha perdido genotipo (tamaño) en comparación de dichos caballos extranjeros, esto también ha permitido desarrollar otras características como la suavidad que tanto caracteriza al caballo criollo colombiano; suavidad para competirlo, montarlo, trabajarlo, de disfrute, entre otras. No en vano es considerado el caballo más suave del mundo”, puntualizó Echeverry.
Por otro lado, el especialista también enfatizó en que existen varios tipos de criadores y que esto, de una forma u otra, ha influenciado en dichos cambios.
Hay empresarios que se dedican a criar en volumen y al azar, es decir, que los resultados de su éxito se lo otorgan la suerte, y es un tipo de crías que a muchas personas les funciona y hasta logran sacar ejemplares a competencias y campeones.
En el otro lado están los criaderos de selección genética, los cuales se fijan en los genes de los ejemplares con los que desean cruzar, pero no van más allá de los resultados de pista, es decir, se fijan sólo en los campeones. En este punto cabe destacar que, según Echeverry, lo ideal es estudiar los caballos al menos seis generaciones hacia arriba, porque los genes viajan en el tiempo y cría y éstos son factores importantes para tener en cuenta.
En un último grupo, están los llamados criadores inquietos, que estudian las bases genéticas y tiene en cuenta factores como manejo, nutrición, pedigrí, desempeño en pista en entre otras. Tales criaderos se abren paso ante fuertes competidores, porque aun con el estudio, la genética no deja de ser una ciencia de probabilidades y, haciendo una buena trazabilidad y teniendo en cuenta los factores ya mencionados, un criador pequeño puede convertir sus ejemplares en caballos campeones.