Conozca algunas claves para sacarle el jugo a la producción en un cultivo de hongos
La producción de hongos se ha vuelto una alternativa para los agricultores, quienes han hallado en esta actividad una oportunidad para desarrollar cultivos innovadores que están aportando a la reactivación del agro colombiano.
Utilizando espacios que tenían descuidados como porquerizas y galpones, algunos productores están incursionando en este negocio con la ayuda de instructores del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), quienes los orientan para acondicionar estos lugares y conformar allí unidades productivas de cultivo de orellanas.
Con los sitios organizados, los productores cuentan con cámaras de incubación y crecimiento, así como una zona para realizar la pasteurización de los sustratos que son utilizados para el cultivo del micelio, un equivalente a la semilla de las orellanas.
Nelson Alfredo Pachón Rodríguez, ingeniero agrónomo e Instructor del programa Sena Emprende Rural (SER), dijo que “los hongos más recomendados para producción en Colombia, por temas de demanda y consumo per cápita, es el popular champiñón (Agaricus bisporus), ya que se encuentra muy difundido en la gastronomía popular, y la viabilidad de este es su retorno en la inversión”.
Otro que se está abriendo espacio cada vez más es la conocida orella u hongo ostra (Pleurotus ostreatus), el cual durante los últimos 15 años se ha incluido en la dieta para hogares.
Su cultivo se trabaja en las denominadas huertas caseras. Recientemente, la orellana se abre espacio en los mercados, pero es un producto que no tiene tanta demanda y se encuentra muy segmentado para consumidores de hongos con un conocimiento gastronómico más amplio.
Rentabilidad
Lo interesante de todo esto es que los campesinos al incursionar en esta clase de actividades están obteniendo llamativas rentabilidades, según explicó Felipe Vengoechea, micólogo fungicultor y director de investigación de Setas de Siecha.
Pero advirtió que que, así como hay hongos que son altamente lucrativos, otros no tanto, como ocurre con el champiñón, porque lleva más tiempo siendo comercializado, entonces su demanda es más alta, como también su competencia y los costos de producción los han hecho bajar, dejando una rentabilidad entre 20% a 30% en el cultivo.
Los que dejan excelentes ganancias a los productores son aquellas variedades que son raras, pero son más difícil su comercialización como la orellana y el shiitake, aunque son más fáciles de producir y dejan una renta entre 30% a 50%, dependiendo cual es el mercado donde se comercialicen.
Hay hongos que se han vuelto tendencia como el melena de león y el ganoderma, los cuales, dependiendo el mercado y si se llegan a exportar, pueden alcanzar rentabilidades más altas, pero están sujetos al precio del dólar.
Pachón recalcó que la clave para rentabilizar un cultivo de hongos está en la persistencia y constancia de producción. Es esencial tener un comprador con una negociación con antelación.