Con escuelas de campo se enseñan alternativas para evitar la deforestación en el país
Cerca de 120 ganaderos y 500 jóvenes de diferentes veredas de San Vicente del Caguán, zona que se ha visto afectada por el conflicto armado, se beneficiaron del proyecto realizado por la Universidad Nacional y la Universidad Jorge Tadeo Lozano, con recursos del Ministerio de Educación.
El objetivo de la iniciativa que se realizó durante un poco más de un año, desde octubre del año pasado, era mejorar los sistemas productivos a partir de capacitaciones técnicas y prácticas sostenibles y amigables con el medio ambiente, a través de las cuales se les dieron alternativas a los productores para que no tengan que deforestar y dañar el suelo en sus procesos agrícolas.
De acuerdo con Carolina Gachetá, ingeniera agrónoma e investigadora de la Nacional, durante el proceso “logramos que gran parte de los productores mejoraran su calidad de leche, mediante el mejoramiento de las praderas”.
Por su parte, Manuel Cortés, ingeniero agrónomo de la Nacional, indicó que mediante el proyecto “les enseñamos a los productores que quemar los bosques atenta contra la biología de los suelos, y por ende contra su fertilidad”.
Ante esto, Gachetá agregó que a través de una serie de ejemplos que los ganaderos podían evidenciar, les mostraban cómo sus procesos productivos pueden ser más eficientes. Allí tenían parcelas de campo demostrativas en las que, en un terreno específico, hacían el correspondiente estudio de suelos y abonaban con estiércol, entre otros factores relevantes que harían la diferencia en sus parcelas.
A través de los ejemplos, los productores notaron que usando otras alternativas de producción, que no implicaban deforestar, el pasto crecía hasta cuatro veces más que cuando no se le hacía el correspondiente tratamiento.
Según la investigadora, cerca de 14 profesionales estaban constantemente en campo realizando acompañamiento técnico a los productores, no solo en temas agrícolas, sino también en conformación de empresas, con expertos que les explicaban aspectos administrativos, financieros y, además, les hacían ver otras alternativas de comercialización para que expandan sus mercados y realicen otros productos derivados de la leche.
El proyecto también se enfocó en jóvenes de noveno, décimo y once, quienes se les enseñó a plantear proyectos productivos para su región, se les dio orientación vocacional, se les reforzó académicamente para mejorar sus resultados de los exámenes estatales, y así, tengan más oportunidades de ingresar a la universidad.
En los colegios se desarrolló infraestructura con galpones para gallinas o pollos, estanques para peces y siembra de alimentos con el fin de que combinen la producción ganadera con otro tipo de alimentos.
Pedagogía en el campo continuará con cartillas
De acuerdo con los investigadores que trabajaron en el proyecto, una vez finalizado el proceso de acompañamiento técnico y profesional, tanto los estudiantes como los productores contarán con diversas cartillas ilustradas, de fácil comprensión, en las que se les informan las consecuencias de quemar el suelo y talar los árboles, qué alternativas tienen para evitar estas prácticas que atentan, no solo contra el medio ambiente sino contra su productividad agrícola, cómo se manejan los sistemas ganaderos de manera sostenible, prácticas para ordeñar bien, entre otros.