Colombia empieza a perder área cultivada de café por bajos precios
Colombia perdió en los últimos 18 meses 40.000 hectáreas de café por la decisión de los caficultores de abandonar la industria debido a los bajos precios que no cubren los costos de producción, dijo un líder gremial que alertó sobre una “crisis humanitaria” en las zonas de cosecha.
El café robusta en Nueva York se desplomó el martes a un mínimo de nueve años y la variedad arábiga tocó un mínimo de 13 años a 88 centavos de dólar por libra, en medio de una producción que supera la demanda global.
El precio interno que reciben actualmente los productores de café en Colombia por cada carga de 125 kilos es de $688.000 (US$209), que no cubre los gastos de producción estimados en $780.000 (US$237).
“Esto ya trascendió una crisis económica y se está volviendo una crisis humanitaria”, dijo a Reuters el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Roberto Vélez. “Uno ve a un caficultor que empieza a tomar decisiones de salirse de la caficultura y pasarse a otros cultivos”.
“En el último año medio Colombia perdió 40.000 hectáreas de 920.000, nos quedan 880.000 hectáreas”, aseguró sin precisar cuántas familias salieron de la caficultura en ese período.
Sin embargo, fuentes de la industria cafetera colombiana estimaron que unas 25.000 familias abandonaron el cultivo de café para pasar a otras actividades de agricultura como la producción de aguacate, frutas cítricas o destinar sus terrenos al sector del turismo.
Pese a la menor área cultivada, hasta ahora la cosecha de café de Colombia, el primer productor mundial de arábigo lavado, no se ha reducido por un aumento de la productividad y la renovación de cafetales. Unas 540.000 familias dependen actualmente del café, según la Federación de Cafeteros.
Aunque el Gobierno de Colombia ha destinado US$77 millones en ayudas a los caficultores, en algunas regiones productoras se comienzan a preparar jornadas de protesta.
Colombia, el tercer productor mundial después de Brasil y Vietnam, cosechó 13,6 millones de sacos en 2018 y para este año espera una producción de al menos 14 millones de sacos.
Vélez dijo que su propuesta de vender el café a un precio que cubra los gastos de producción más un margen de ganancia, sin tener en cuenta la cotización de referencia de la Bolsa de Nueva York, ha sido escuchada por la industria, pero muchos países productores no tienen instituciones para implementarla.
“Todavía no descarto que en algún momento la federación tome la decisión de no vender café colombiano por debajo del costo de producción más una rentabilidad”, aseguró al reiterar que ese precio debería ser entre US$1,40 y US$1,45 por libra, niveles en los que Colombia ha logrado ventas recientemente.
Vélez admitió que la propuesta es un riesgo ante la posibilidad de que los compradores busquen otros cafés diferentes al colombiano.
“La industria tiene que entender que si paga por debajo de los costos de producción nos vamos a salir del café. No se puede quedar la industria dormida ante semejante tragedia”, concluyó.