Colfrutta: la empresa que endulza el mundo con el mango de azúcar colombiano
Desde el municipio de Ciénaga, que queda ubicado en el norte del Magdalena, una empresa familiar llamada Colfrutta viene haciendo del mango de azúcar un símbolo de calidad, además de una apuesta comercial internacional y una fuente de esperanza para una zona que históricamente viene siendo golpeada por el conflicto armado colombiano.
La compañía, que en la actualidad se encuentra liderada por Antonio Acosta Hoyos y con el apoyo de su padre, Antonio María Acosta Jarma, viene logrando posicionar esta variedad exclusiva en los mercados con los paladares más exigentes como Francia, Canadá, Dubái, Holanda y Estados Unidos. “Este mango es único en el país, pero también es único en el mundo”, afirmó Acosta, mientras expone que, así como es una fruta pequeña, es bastante atractiva en el mercado exterior; su piel rojiza y sabor intenso lo convirtió en un producto gourmet.
La historia inició hace una década, cuando Antonio María y Antonio decidieron aprovechar el conocimiento agrícola acumulado que tenían para poder dar el salto hacia el mercado exterior. Aunque en 2015 exportaron apenas cuatro toneladas, hoy en día pueden alcanzar cerca de 160 toneladas, dependiendo de múltiples factores y las demandas del cliente. No obstante, en el primer trimestre de 2025, debido a dificultades logísticas y climáticas, la cifra oscila entre las 80 toneladas.
“Este ha sido un año atípico en términos de volumen exportado, principalmente por las dificultades logísticas y la limitada disponibilidad de cupos aéreos, lo que viene afectando significativamente el flujo de las exportaciones”, reconoce el empresario.
Frente a la estructura que tiene la empresa, Antonio es quien dirige la gerencia general, su hermana maneja la parte de las finanzas y cuenta con un equipo operativo, donde trabajan en las dos fincas ubicadas también en Ciénaga, en las que también funciona su planta empacadora. Es importante destacar que, en la temporada de cosecha que va de marzo a junio, Colfrutta puede llegar a emplear entre 20 y 25 personas destinadas a recoger mangos, y otros 10 a 12 operarios en la empacadora, esto sin contar con el personal de planta y administrativo.
“Nosotros trabajamos con gente de la zona, ya que nos conocen, que pueden ser desplazados, mujeres, cabezas de hogar o habitantes de la región, quienes se benefician de este ingreso. Entonces somos un referente de trabajo en la región”, añadió Acosta. Por otro lado, sus procesos de producción están bien diseñados y cuentan con una serie de certificaciones relevantes, pues sus fincas cuentan con Global G.A.P., una certificación internacional dirigida a las buenas prácticas agrícolas.
Más sobre sus procesos de producción
Cada uno de los mangos que se producen en Colfrutta es recogido de forma manual en unas canastillas, sin tocar el suelo, y son seleccionados minuciosamente para poder determinar cuáles son los que cumplen con los estándares internacionales. En el caso de que no se clasifiquen para las exportaciones, este producto es destinado para el mercado nacional.
“Una vez se hace la preselección, el mango, que no cumple con los estándares para el mercado internacional, pero que conserva una buena apariencia, se destina al mercado nacional. Es el mismo que suele encontrarse en cadenas de supermercados o plazas de mercado del país”, relató el CEO de la compañía.
En el momento de ser empacados, cada caja contiene dos kilos de fruta que ya fue previamente pesada, y los pallets aéreos alcanzan los 500 kilos. Posteriormente, desde su zona de producción en Ciénaga, son enviados por avión a Bogotá, y de ahí son despachados en otros aviones comerciales a destinos como París, Nueva York, Montreal, Miami, Roma, Dubái y demás.
Uno de los aspectos más cruciales en toda esta operación es que la logística debe ser muy rápida para que puedan llegar intactos al destino final. “Ese mango que se corta hoy se empaca el mismo día y, al día siguiente, ya está abordando un avión rumbo a su destino internacional. Los tiempos de logística, por lo tanto, son relativamente cortos”, enfatizó Antonio.
Colfrutta, además de las toneladas exportadas, también cuenta con un gran impacto a nivel social y territorial, gracias a que el mango de azúcar surgió como una nueva oportunidad para la agroindustria de la región después de grandes ciclos en los que solo se siembra y se producían otros productos.
“Los alrededores de Ciénaga son municipios fuertemente golpeados por el conflicto armado, pero también vienen viviendo momentos de gran dinamismo económico gracias a productos como el banano y el carbón. Ahora, la región experimenta un nuevo auge agroindustrial con el mango de azúcar como protagonista”, concluyó el CEO de la empresa. Además de los propios cultivos con los que cuenta, la empresa apoya a pequeños productores locales para que se integren en el mercado global.