"Cobertura de servicios financieros e infraestructura bancaria excluyen al sector rural"
Aunque en Colombia la banca móvil y los pagos móviles han contribuido a la inclusión financiera de la población no bancarizada del país, en zonas rurales, tanto la calidad de las redes de telecomunicación como del acceso y manejo de la tecnología requerida limita su expansión.
Así lo dio a entender Arley Sativa, magíster en Administración de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, quien mencionó que "los pagos móviles se apoyan tanto en el auge de las billeteras móviles como en el pago de subsidios condicionados (por parte del Gobierno), pero dadas las condiciones geográficas y de ingreso existentes, es necesario ampliar la cobertura de los servicios financieros hacia la ruralidad".
En este sentido, pese a que los mecanismos como las sucursales y corresponsales bancarios han permitido que ese acceso se dé de manera más eficiente, aún hay trabajo por delante.
Al evaluar el impacto de los pagos móviles sobre el mercado bancario tradicional, el sistema de pagos de alto y bajo valor y la digitalización bancaria o de los servicios financieros, la investigadora encontró que la infraestructura bancaria aún tiene pendiente la profundización de sus servicios en todos los habitantes del país, ya sea en entornos urbanos o rurales.
El análisis fue desarrollado seleccionando 22 empresas como casos de estudio, pertenecientes a la asociación Colombia Fintech, dedicada a estimular el ecosistema financiero y tecnológico. Para la selección se tuvieron en cuenta los servicios que ofrece, incluidos aquellos como pasarelas y agregadoras de pago, pagos móviles, billeteras electrónicas, soluciones de pago móvil en punto de venta y transferencias internacionales o remesas.
Para analizar los casos se recopiló información, según la entidad que provee el soporte financiero. Estos datos fueron de tipo bancario, como funcionamiento del pago, sistema de dinero electrónico y tipo de conexión (si es necesaria o no).
Así las cosas, según la Comisión de Regulación de Comunicaciones, durante 2018 se registraron 64,5 millones de líneas móviles en Colombia, utilizadas para fines laborales y personales. Sin embargo, esa relación positiva en términos de cobertura no se ha visto representada en la profundización del sistema bancario del país.
“Si las sucursales bancarias están prioritariamente ubicadas en las ciudades, el sector rural está en principio desatendido por el sector financiero”, señaló Sativa.
Al respecto, menciona que inicialmente los medios de pago impersonales son herramientas que utiliza el sector bancario para aumentar el portafolio de servicio a sus clientes, pero en sí mismos no constituyen una herramienta que les permita llegar a sectores hoy desatendidos o que no cuentan con la posibilidad de acudir a una sucursal bancaria.
Según informe del Banco Mundial, a pesar de que 62 % de las personas cuentan con al menos un servicio financiero, solo 52,6 % de los usuarios en las zonas rurales tiene una cuenta bancaria.
En cuanto a los obstáculos para la inclusión financiera, se ha encontrado con diferentes obstáculos para su realización. Por un lado, debido a la cultura financiera de las poblaciones con menores ingresos, ya que por las condiciones de inestabilidad e informalidad dificultan el ahorro y la inversión a largo plazo.
Por otro lado, existen barreras en la legislación y regulación que limitan el desarrollo de las actividades financieras como los impuestos para las transacciones financieras. Además, la cobertura en la infraestructura bancaria resulta insuficiente, así como el cumplimiento de requisitos formales para el acceso a productos financieros y el alto costo de mantenimiento de las cuentas bancarias.