Estas son las claves mas importantes para iniciar en el negocio de la industria avícola
Si bien la producción avícola es una buena opción para iniciar un negocio, también se trata de una actividad que exige unas instalaciones y unas prácticas muy específicas, que tiene unos riesgos inherentes a la naturaleza de las aves.
Lo primero que hay que definir es el tamaño y el objetivo del negocio. Más allá de pequeños entables para consumo familiar, existen dos clases de negocios avícolas.
“Básicamente el negocio de avicultura se divide en dos facetas: avicultura de ponedoras y de pollos de engorde, ambas con características bien definidas y condiciones específicas para sus montajes”, explicó Carlos Guerra, zootecnista experto en el tema.
Definir un presupuesto para iniciarse en el negocio avícola es complejo, porque depende de muchos factores. Si se tiene el terreno autorizado por el POT y habilitado por el ICA, se tendrán que construir los galpones y las instalaciones, de acuerdo con la altura y temperatura del lugar.
Un número de aves adecuado para arrancar está alrededor de 1.000 ejemplares. A nivel industrial, la producción de pollos de engorde dura 42 días y tres semanas de arreglo de granja, lo que significa que, en nueve semanas, se puede hacer el ciclo completo. Por su parte, las gallinas ponedoras arrancan a producir después de 18 semanas y hasta la semana 80.
Con relación a los costos, para sacar un pollo de engorde hay que invertir unos $12.000 y una ponedora puede costar alrededor entre $25.000 y $35.000, y se debe comprar más o menos a la semana 15.
Aunque en la avicultura no existen unas razas definidas, hay algunas líneas genéticas más comunes en nuestro medio, por su alta producción y un manejo más conocido. Las más usuales son ross, cobb y avian cobb para los pollos de engorde y hy-line silver brown para las gallinas ponedoras.
También hay líneas doble propósito, pero no son tan comunes en el sector. Son ejemplares hembras que ponen buena cantidad de huevos y al final de su ciclo se pueden beneficiar para carne, aunque a un precio menor.
La industria avícola no tiene tantas restricciones de climas y alturas, aunque no tienen viabilidad en alturas superiores a los 2.600 metros. Existe cierta tendencia a que los pollos de engorde se crían en climas más cálidos y templados, por debajo de 1.500 o 1.700 metros de altura y las ponedoras en climas más fríos, por encima de 2.000 metros.
Con calefacción o enfriamientos artificiales, se pueden tener galpones en climas más extremos, pero esto implica más gastos en la adecuación de las instalaciones y en el mantenimiento cotidiano.
“En la etapa de levante de las aves, hasta la semana 15, en tierra fría se necesita gas para calentar el ambiente. Si el galpón es en tierra caliente, se necesita ventilación, lo que exige mayores niveles de consumo de energía”, explicó Carlos Duque, director del programa de sostenibilidad Fenavi.
En los negocios avícolas para producción a gran escala la posibilidad de contagios de enfermedad es alta. Son fundamentales las prácticas de bioseguridad y el acompañamiento técnico y veterinario.
Cumplimiento de normativas ambientales y de bioseguridad
Un asunto imperativo al iniciar un negocio avícola es que el predio donde se va a desarrollar la actividad debe ser apto y autorizado, de acuerdo con el plan de ordenamiento territorial del municipio. De ahí se desprenden los permisos ambientales, los permisos de aguas, las licencias de construcción y operación del montaje productivo.
Además, toda granja que contenga más de 200 aves se debe certificar como granja biosegura.
“Para arrancar hay dos requisitos fundamentales y no excluyentes. Cumplir la normatividad de granjas nuevas establecida por el ICA y que sea un suelo agropecuario de producción avícola", expresó Carlos Duque director de programa de sostenibilidad Fenavi.