Cannabis, el oro verde legalizado e industrializado que puede conquistar el mercado
Existen varios cultivos en el país con el potencial de convertirse en grandes jalonadores de la economía, pero hay uno en particular que promete ser el creador de una industria millonaria y, esta vez, legal: el cannabis sativa es una planta que se puede aprovechar casi en su totalidad, pues proporciona fibras textiles, combustible, alimento y también es utilizada como fuente de medicamentos. Es esta planta que, bajo un estricto estándar de cultivo, puede generar más de 25.000 empleos, según la Asociación Colombiana de la Industria del Cannabis (Asocolcanna).
Actualmente, existen más de 57.000 hectáreas de cultivos de plantas de marihuana en todo el país y hay licencias para cultivar en 1.200. A 2030 se proyecta un aumento considerable, teniendo en cuenta que hay más de 4.000 pequeños y medianos productores en espera de la aprobación para producir.
Pero debido al controversial uso que se le da a la planta, los adelantos en su aprobación para su uso, su distribución y su aprovechamiento avanzan de manera muy lenta.
Paradójicamente, mientras que en Colombia estamos estancados en la reglamentación, la industria del cannabis medicinal y recreativo a nivel mundial mueve entre US$4.200 y US$5.200 millones anuales. Según el Centro Económico y Social de Fedesarrollo, Colombia contribuye con US$99 millones, una cifra pequeña en proporción con el potencial que tiene el territorio nacional.
Rodrigo Arcila, presidente de Asocolcanna, explicó: “Las empresas con la nueva legislación pueden atender mercados externos de toda esta cadena agroindustrial. Para el mercado interno, falta la reglamentación del uso del CBD en alimentos y bebidas”.
La industria del cannabis tiene tal potencial que la gran mayoría de cultivadores formalizados ya tienen prototipos de productos alimenticios, cosméticos, medicinales y terapéuticos creados y testeados para lanzarlos al mercado, una vez se dé la aprobación de la dosificación del uso de CBD en humanos y animales.
El uso de esta molécula se encuentra aprobado en Colombia, pero como aún no se establece la dosificación, las empresas están con las manos maniatadas para comercializar productos con CBD. Hasta ahora, solo pueden extraer materia prima de las plantas y ese material se está exportado a países de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.
“Estamos trabajando con las autoridades sanitarias con el fin de lograr lo que ya se utiliza en muchos lugares del mundo: que se reglamente y dosifique el uso del CBD en alimentos y suplementos dietarios. Esperamos que el Ministerio de Salud y Protección Social pueda reglamentar, para el uso interno en Colombia, el correcto uso del CBD antes de que termine el gobierno Duque”, dijo Arcila.
Y agregó: “Colombia no puede perder la oportunidad de ofrecer productos seguros y de buena calidad a los pacientes y consumidores y cerrarle la puerta a productos que proliferan por todas partes sin ningún control”.
Pese a que estamos retrasados en materia de normas y regulación, los cultivos de cannabis en Colombia están tecnificados de tal forma que el país es pionero en investigación producción y transformación de esta planta.
Diego Ruiz, cultivador y fundador de la empresa FCM, explicó que FCM tiene tres líneas principales de productos: Farmacéutica con formulaciones de CBD y próximamente de THC; Wellness, en la cual han desarrollado con sus clientes más de 100 productos entre bebidas, alimentos y cosméticos, utilizando su tecnología de CBD soluble en líquidos y sólidos, y Agri-tech. “En esta última área ofrecemos nuestras genéticas registradas en el RNCC del ICA y servicios de consultoría a cultivadores licenciados”, dijo Ruiz.
El camino que queda por recorrer parece corto, pero se requiere de voluntad política y educación. Una vez se establezca la dosificación, la industria del cannabis en el país podrá despegar, será el futuro del agro y se convertirá otra vez en una potencia del llamado oro verde.
Tipos de cannabis: Índica, Sativa, híbrida y cáñamo
Existe gran variedad de plantas de cannabis y se pueden clasificar en cuatro tipos: Índica, cuya estimulación es más corporal, que cerebral; Sativa, tienden a producir cogollos que son aireados y mejor formados; Híbrida, es una mezcla entre Sativa e Índica, pero es más equilibrada; y Cáñamo, que produce cantidades mínimas de THC, el cannabinoide responsable de los efectos intoxicantes del cannabis.
“El reto es lograr la regulación en la dosificación y el uso del CBD en humanos”
FCM fundada en Medellín a finales de 2016, obtuvo sus primeras licencias para el cultivo de cannabis medicinal y transformación de derivados en septiembre de 2017. Desde entonces, Diego Ruiz, fundador de la empresa y cultivador de cannabis, ha adelantado varios proyectos que permitan la potencialización de estos cultivos.
¿Dónde están ubicadas las plantas y los cultivos?
FCM cuenta con tres instalaciones, una finca en la Ceja (Antioquia) de 2,3 hectáreas, otra finca en Natagaima (Tolima) de 70 hectáreas y un laboratorio de Innovación Calidad y Extracción ubicado en Rionegro (Antioquia).
¿Cómo les ha afectado el aumento de los precios de insumos y qué están haciendo para mitigar el impacto?
El incremento de precios en los insumos y el transporte ha generado una presión de costos importante. Estamos haciendo cronogramas de eficiencias de producción para no transferir el incremento de costos al consumidor final.
¿Qué retos enfrentan para este año?
Uno de los retos más grandes es la regulación en dosificación y uso del CBD en humanos y veterinario, las tarifas acordes a la industria del cannabis y, por último, los tiempos de respuesta a cada, modificación, cupo, certificado y solicitud ante: el FNE, Invima, Ica, Minjusticia, Micc, Sicoq.
¿Cuáles son los beneficios de este tipo de cultivo?
FCM desarrolla un cultivo 100% orgánico bajo estándares “GACP”. Nuestro material vegetal se aprueba y se examina para identificar cualquier microorganismo o impureza, utilizamos la flor para procesos de derivados y productos finales, usamos el resto de la planta para compostaje, y luego es utilizado de nuevo como abono en el siguiente ciclo de cultivo.
¿Cuáles son las diferencias entre un cultivo convencional y uno de cannabis?
El cultivo de plantas de cannabis tiene particularidades propias de un proceso agroindustrial, que tiene como objetivo surtir la industria farmacéutica, considerando parámetros de calidad de alto valor operativo y de cumplimiento estricto en el tiempo. La industria le apuesta a la transformación de la flor seca en derivados con diferentes propiedades medicinales. Relacionado con el manejo agronómico, es un reto para los técnicos diseñar paquetes de manejo que estén en el marco de las buenas prácticas, apuntando al aseguramiento de la calidad de la flor y la producción de un producto completamente inocuo.
¿Cómo es el proceso de producción hasta llegar a el producto final?
FCM utiliza propagación in-vitro, lo cual no solo toma mucho menos espacio, sino que asegura la homogeneidad de las plantas en su crecimiento. Durante la fase de cultivo, hay seguimiento diario para asegurar la salud de las plantas. Después de la cosecha, las flores pasan a secado, luego a molienda, para luego ser procesadas en el área de extracción, y se obtienen las materias primas, base para los productos finales.