Bioturismo, una forma de hacer al agro rentable mediante la conservación del ecosistema
Los campesinos y los habitantes de áreas rurales tienen un abanico de opciones para hacer rentable el agro. No solamente se limitan a labores agrícolas y pecuarias, sino que pueden darle valor agregado a las actividades que realizan en su diario vivir, como la conservación de ecosistemas y de sus territorios.
Hay muchas alianzas que se dedican al turismo comunitario, ecológico, de naturaleza y algunos al bioturismo, diferentes formas de asociatividad que pueden crear empleos formales y que garantizan ingresos extra para las comunidades.
Por ejemplo, el bioturismo parte de la premisa de que las personas no solo recorran un sendero, sino que también conozcan y aprendan lo que hay en esos caminos, como los bosques, los ecosistemas, los principales animales, la vegetación, entre otros aspectos.
En esa ruta también se integran las comunidades que habitan en los territorios, porque son quienes conocen el ecosistema y quienes viven en esos espacios.
“Gran parte de la gente que trabaja con nosotros en el territorio es gente que tiene entradas económicas por ganadería y agricultura, pero el turismo ha llegado para decirle que hay una entrada adicional que le da hasta tres jornales. Es una motivación muy importante, y la gente se pone a conservar”, explicó Karol Pulido, bióloga, guía profesional de turismo, montañista y escaladora de Conserva con Conciencia, una operadora de turismo.
Existen otro tipo de compañías que también se dedican a enlazar a viajeros con anfitriones locales en diferentes lugares del país, para hacer turismo sostenible y aportar a la restauración del medio ambiente y de los territorios.
Una de esas empresas es Awake, que logró generar $18.000 millones en ingresos entre 2018 y 2022 a este tipo de proyectos e iniciativas que se dedican al turismo ecológico, bioturismo, entre otras modalidades.
“Sabemos que la conservación y restauración de la biodiversidad en un contexto social y económico como el colombiano solo es posible si las comunidades locales encuentran oportunidades y bienestar real en medios de vida sostenibles. Y para que esto suceda el turismo de naturaleza debe poder competir con otras actividades extractivas relacionadas con la deforestación, como la ganadería, la agricultura extensiva, los cultivos de coca, entre otras”, explicó Laura Romero, cofundadora y líder de impacto de la empresa.
Esta compañía, por ejemplo, deja que los anfitriones se queden como mínimo con 80% de lo que paga un viajero para asistir a los más de 60 destinos. La empresa apoyó a negocios comunitarios que ayudan a restaurar y conservar 120.000 hectáreas de tierra que se usan para este tipo de turismo. De ese total de predios, 58.792 hectáreas cuentan con algún tipo de monitores de biodiversidad, como cámaras trampa, satelital, entre otros.
Para 2023, la empresa espera crecer en ventas hasta 50% respecto al año anterior, siguiendo un proceso de liderazgo junto a los anfitriones.
“Tenemos 15 rutas distribuidas en Choachí y Parques Naturales”
Hay un segmento del mercado de turismo que busca experiencias no convencionales en la ruralidad. El campo se ha vuelto una ventana de escape para quienes habitan el área urbana, y existen muchas organizaciones y comunidades que le dan valor agregado a sus actividades diarias para generar recursos con estas experiencias.
Karol Pulido, bióloga, guía profesional, montañista, escaladora y miembro de Conserva con Conciencia, una operadora de bioturismo, explicó cómo trabajan con las comunidades para generar ingresos económicos mediante prácticas de conservación y de visitas en la ruralidad.
¿Cómo inició Conserva con Conciencia?
Iniciamos como un colectivo en 2016, pero con el tiempo fuimos evolucionando. Queríamos complementar la conservación y restauración ambiental y hacer trabajo en reservas naturales y ahora estamos en actividades turísticas orientado al montañismo, escalada, senderismo y bioturismo.
¿En qué regiones trabajan?
Trabajamos en Choachí y en el Parque Nacional Natural Los Nevados. Yo principalmente estoy de guía, pero participan otras personas que son geólogos, historiadores, biólogos y demás, que dependiendo del recorrido se contrata al cliente.
¿Qué rutas manejan?
Tenemos tres rutas de montañismo alto en el Parque Nacional de los Nevados: entre Salento e Ibagué, Nevado del Tolima, Nevado de Santa Isabel.
Cerca de Bogotá tenemos rutas de media montaña, enfocado a Choachí principalmente, hacia todos los cerros estelares de la región como Cerro Quinto, la Cara del Indio, Valle Escondido, Mazafonte, Chingaza, la laguna de Ubaque, contamos aproximadamente con 12 rutas de diferentes niveles de dificultad.
Todas están enfocadas a que las personas no solo recorran un sendero, sino que también conozcan y aprendan lo que hay en esos caminos, sobre los bosques, ecosistemas, los animales principales. Es montañismo pero nosotros le damos un toque de bioturismo, conservar los servicios ecosistémicos y trabajar bioeconomia.
¿También es una labor para cuidar los territorios?
Nosotros en ese enfoque de bioturismo y de poder enseñarle a la gente de esos ecosistemas involucramos a la comunidad, porque a la final son quienes cuidan el territorio.
Nosotros nos hemos aliado con varias organizaciones comunitarias y personas campesinas que viven en la zona para el pago de entradas, de hacer capacitaciones, compra de refrigerio para trabajar en conjunto y así generamos una entrada económica para las personas.
¿Cómo incentivan a las comunidades?
La economía hace parte de todo, si la gente se da cuenta que puede obtener algo de dinero por medio del turismo y de mantener los ecosistemas lindos y conservados, es una motivación.
En estas alianzas tratamos de incentivar mucho a los campesinos de que sean guías locales, que trabajen con nosotros, y que se den cuenta de que, entre más lindo este el lugar, así mismo más clientes y personas irán de visita. Es también parte de nuestra labor.
¿Qué precios manejan en sus rutas?
Normalmente nuestros paquetes incluyen los transporte desde Bogotá ida y regreso, el seguro médico, en algunos casos refrigerios o snack, un registro fotográfico que llevamos en digital, y tienen un valor de $95.000 en promedio, aunque hay algunas más costosas como Mazafonte que está en $135.000 o $140.000. Las rutas de montañismo largas está desde $750.000 en adelante.