Baja calidad en los cultivos y plagas, entre los riesgos de usar semillas no certificadas
Por estos días los agricultores comienzan a sembrar algunos de los principales cultivos del país, tanto para consumo nacional como exportación. Por ello, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y la Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología (Acosemillas) han emitido alertas sobre el uso indebido de semillas no certificadas.
Entre los perjuicios del uso de semillas no certificadas que alerta el ICA, en su calidad de autoridad sanitaria, está la posibilidad de aparición y propagación de plagas y malezas, la baja producción de los cultivos, así como la pérdida de competitividad en el sector agrícola.
Desde Acosemillas la preocupación radica en que, según el gremio, la comercialización ilícita de semillas que circulan en el mercado pone en riesgo la calidad de las cosechas, “causando perjuicios económicos para agricultores y consumidores”.
Entre los cultivos más propensos a verse afectados están alimentos de consumo masivo como arroz, maíz y soya, entre otros. Según Acosemillas, al afectar la calidad de la producción y su posterior abastecimiento, se le resta competitividad a productores en el mercado internacional.
Además de las semillas necesarias para la producción de alimentos, la alerta también se hace para productos como el algodón, un cultivo que tiene más de 18.000 hectáreas en el país, y que al exponerse ante semillas no certificadas puede poner en riesgo miles de empleos.
“La situación ha sido puesta en conocimiento de autoridades sanitarias como el ICA y ya se está adelantando una estrategia conjunta para evitar perjuicios sanitarios y económicos a los productores del campo, quienes cada año por esta época, invierten su capital en la compra de semillas para la primera gran siembra del año”, indicó Leonardo Alberto Ariza, gerente general de Acosemillas.
Según el dirigente gremial, junto al riesgo que representa para las inversiones de los productores, el uso de semillas no certificadas también puede tener implicaciones en materia de seguridad alimentaria y sobre el cumplimiento de acuerdos comerciales.
Otro de los riesgos que se tienen identificados como consecuencia del uso de semillas no certificadas son potenciales pérdidas de empleos de los campesinos que dependen de estos cultivos y el deterioro de las condiciones de vida en las regiones afectadas por el comercio ilegal de semillas.
“Asimismo, están de por medio los intereses de los consumidores, que se ven expuestos a pagar precios más altos, cuando se afecta la oferta de los productos en el mercado y las cosechas no resultan de buena calidad, por una mala decisión a la hora de sembrar”, enfatizó Ariza.