Así es el modelo de agricultura tropical que ayuda con la recuperación de los suelos
Los suelos compactados e intoxicados son un problema grave que afecta tanto al medio ambiente como a la salud humana. Esta se produce cuando se ejerce una presión excesiva sobre la tierra, lo que hace que se comprima y pierda su estructura natural. La compactación impide que el agua y el aire circulen adecuadamente en el suelo, lo que puede provocar la muerte de la flora y la fauna que dependen de ellos.
La intoxicación del suelo, por otro lado, se produce cuando se depositan sustancias químicas tóxicas en la tierra, como resultado de actividades humanas como la agricultura intensiva, la minería o la industria. Estas sustancias químicas pueden ser muy perjudiciales para la salud humana y pueden provocar enfermedades graves, como cáncer o trastornos neurológicos.
Es importante tener en cuenta que la compactación y la intoxicación del suelo a menudo están interrelacionadas, ya que la compactación puede hacer que los contaminantes químicos se concentren en áreas específicas del suelo y no se dispersen adecuadamente. Por lo tanto, es crucial abordar ambos problemas para proteger tanto el medio ambiente como la salud humana.
El modelo de Agricultura Tropical de Asohofrucol (Fnfh) ha implementado un plan de recuperación de suelos para promover la vitalidad y recuperación de estos. La compactación del suelo es un fenómeno que ocurre por el abuso de prácticas agrícolas como el pastoreo, el uso de maquinaria, las quemas y el uso excesivo de agentes químicos, lo que disminuye las cavidades porosas necesarias para el correcto desarrollo de las raíces de las plantas y la absorción de nutrientes.
“Es necesario hacer un análisis del suelo para determinar en qué estado se encuentra o, de lo contrario, nos va mal al momento de sembrar. Por su parte, los microorganismos y los biofermentados lo activan, liberando sus nutrientes para que las plantas los tomen, en cambio, los agroquímicos lo envenenan inactivándolo”, explicó Álvaro Palacio Peláez, presidente ejecutivo de Asohofrucol.
Para revertir esta situación, Asohofrucol ha implementado biofábricas que utilizan microorganismos de montaña, caldos minerales, biofermentos y otros elementos para mejorar los suelos y su vitalidad.
Además, el modelo de Agricultura Tropical utiliza prácticas de manejo del suelo, como la implementación de coberturas vegetales, la propagación y aplicación de microorganismos de montaña y la utilización de bio-insumos para mejorar la fertilidad del suelo.
“La salud del suelo funciona como una mesa de tres patas, si falta alguna de estas o se encuentran de manera desproporcionada, la mesa jamás podrá estar equilibrada; estos componentes son: la parte química, la parte física y la parte biológica del suelo. El modelo de Agricultura Tropical combina prácticas de manejo del suelo como: la implementación de coberturas vegetales (cojinete), la propagación y aplicación de microorganismos de montaña, así como la utilización de bioinsumos, con el propósito de fomentar la armonía de los componentes del suelo, mejorando su fertilidad”, comentó José Ricardo Acosta, ingeniero agrónomo de la asociación.
“Llevamos tres años aplicando pollinaza y el cambio ha sido grande, algo tan simple como abrir un hueco es mucho más fácil. Cuando el suelo está descompactado hay oxígeno y la nutrición es mucho mayor. Ahora contamos con suelos totalmente productivos de los que estamos sacando aguacate Hass, plátano y banano. Al optar por el modelo de Agricultura Tropical, dejamos de usar herbicidas y comenzamos a implementar cojinetes, así ahorramos mucho dinero; además, se presenta una fertilidad que permite la aparición de fauna, gracias a esas lombrices, termitas y animales pequeños, se crean túneles que ayudan a descompactar la tierra, esa práctica es más duradera que con herramientas mecánicas”, agregó Jaime Arbeláez, productor de Darién Calima en el Valle del Cauca, según Asohofrucol.