Proteger las tierras con el seguro agropecuario es una gran inversión
Las consecuencias de la variabilidad climática recaen sobre todos. Las disminuciones en la producción agropecuaria se traducen en caídas en el ingreso de los productores, en presiones inflacionarias sobre los alimentos, así como en reducciones considerables en el fisco, pues los estados tienen que salir a conseguir recursos para auxiliar a las personas afectadas.
Es esencial fortalecer los esquemas de administración del riesgo climático. Es inevitable que los productores se enfrenten a estos efectos. La mejor forma de mitigarlos es haciendo una buena administración del riesgo, trasladándoselo a las compañías aseguradoras.
El Gobierno Nacional, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Fasecolda y Finagro, vienen adelantando una importante gestión para generar una cultura de prevención y administración del riesgo a través del Seguro Agropecuario.
Para ello se han venido comprometiendo recursos para así incentivar la toma de pólizas de seguro por parte de los productores. Hoy en día hay apoyos importantes para la toma de pólizas contra: exceso y déficit de lluvia, granizo, heladas, deslizamiento, avalancha, vientos fuertes e inundación. Además, en la reciente Reforma Tributaria, se redujo el IVA sobre el valor de las pólizas de seguros del 16% al 5%.
Ahora bien, para la profundización del seguro agrario, se requiere también que se fortalezca la oferta competitiva por parte de las compañías aseguradoras y reaseguradoras, y que además éstas vean la gran oportunidad que ofrece el sector rural para extender el seguro agrario y otras líneas de seguros.
Lo primordial para seguir avanzando en la cultura de la prevención y gestión del riesgo es que los productores tomen la decisión de incluir, desde el inicio de la formulación de los proyectos y el aseguramiento.