Amenaza que representan heladas para los cultivos de café de productores de Brasil
Los precios del café arábica subieron recientemente al nivel más alto en casi siete años, después de que unas agresivas heladas dañaron los cultivos en Brasil, el principal productor del mundo.
Unas manchas marrones se extienden por grandes áreas de los cafetales del principal estado productor de Brasil, Minas Gerais, una señal de que la peor ola de frío en casi 30 años afectará como mínimo la producción de las próximas dos cosechas.
Las heladas han representado una amenaza para los cafetales desde los primeros granos fueron llevados a Brasil en el siglo XVIII.
Los principales estados productores de Brasil, como Minas Gerais, son más propensos a las heladas que las zonas cafetaleras de otros países exportadores de arábica, como Colombia y Etiopía.
El café es un arbusto tropical y no le gustan las bajas temperaturas, especialmente si descienden por debajo de los cinco grados Celsius.
Las temperaturas bajo cero, alrededor de -3 °C a -4 °C -cuando se forman cristales de hielo en las células de la planta- resultan letales, destruyen botones florales, flores y frutos, y causan quemaduras por heladas en las hojas, lo que en casos severos conduce a una completa defoliación del arbusto.
La forma más severa de daño se debe a la formación de cristales de hielo, que perforan las células dentro de las partes de la planta afectadas, haciendo que se pongan negras y mueran, lo que finalmente conduce a la desaparición de la planta.
El doctor Aaron Davis, que lleva a cabo una investigación sobre el café en The Royal Botanic Gardens, Kew, Gran Bretaña, dijo que las heladas pueden ser particularmente devastadoras después de un largo período de sequía, como el experimentado en esta temporada, ya que las hojas pueden haberse marchitado y ya las hacen susceptibles a las bajas temperaturas.
En algunos casos, puede llevar uno o dos años recuperarse de un episodio de heladas, pero si los cafetales mueren y deben ser reemplazados por plántulas, puede llevar cuatro o cinco años obtener una cosecha moderada y hasta siete años para restaurar por completo los niveles máximos de producción.
Un análisis realizado por Refinitiv que compara las temperaturas y las precipitaciones en el período de 30 años de 1959-1988 con 1989-2018 muestra que el clima en Brasil se está volviendo, en promedio, más húmedo y más cálido.
Los eventos de frío extremo son cada vez menos comunes, pero el calor extremo es cada vez más frecuente.
La helada severa más reciente fue en 1994 y en ese caso también hubo una combinación devastadora de sequía y temperaturas bajo cero.