Alrededor de 34% de los ecosistemas colombianos ha sido objeto de transformación
Actualmente, el 34% de los ecosistemas en territorio colombiano ha sido objeto de transformaciones. Tal fenómeno, que se concentra especialmente en los Andes y el Caribe es, en buena medida, resultado de la expansión de la frontera agropecuaria.
La transformación de los ecosistemas es un proceso acumulativo que responde al asentamiento humano y al aprovechamiento de los recursos forestales, agrícolas y mineros. Así mismo, obedece al desarrollo de la infraestructura física de soporte’, cuya dinámica implica que los ecosistemas originales son parcial o completamente reemplazados por paisajes antropogénicos.
La mayoría de los estudios sobre procesos de transformación ha sido de tipo regional o localizado y ha considerado periodos de tiempo diferentes.
Además, se ha concentrado en procesos de deforestación, ya que Colombia es un país esencialmente forestal, y porque otros ambientes, como las sabanas y los páramos suelen ser subvalorados en términos de su biodiversidad y de su capacidad de almacenamiento de carbono.
El conocimiento sobre la transformación de los ecosistemas constituye un insumo importante para evaluar el impacto de las actividades humanas sobre la biodiversidad, los suelos y el recurso hídrico, y es una herramienta clave para planificar el desarrollo futuro del país. El análisis multitemporal de orden nacional realizado por la Universidad Javeriana, que abarca los últimos 45 años (1970-2014) y que, por primera vez, diferencia el avance de la transformación en los ecosistemas forestales en las sabanas y en los páramos, encontró que para el año 2014 el porcentaje de pérdida de ecosistemas naturales es de 37,5% en bosques, 24,9 % en sabanas y 15,9% en páramos.
Desde 1970 los ecosistemas forestales disminuyeron en más de 17 millones de hectáreas, especialmente en los Andes, la Amazonia y el Magdalena Medio, en buena medida porque históricamente la población se ha asentado en regiones forestales. En contraste, a pesar de ser utilizados para ganadería extensiva, los ecosistemas de sabana presentaron bajos niveles de reemplazo por ecosistemas antrópicos.
El caribe y magdalena perdieron 50% de las sabanas
En el Caribe y el Magdalena se estima que cerca de la mitad de las sabanas ha desaparecido por conversión a áreas de cultivos, mientras que en los enclaves andinos de la cordillera Oriental solo subsiste cerca de un tercio de la cantidad original. Todas las áreas remanentes están bajo uso de sistemas ganaderos extensivos, que potencialmente podrían permitir el mantenimiento de la mayoría de sus características ecológicas. Adicionalmente, se estima que 15% de los páramos ha sufrido transformaciones, dando lugar a cultivos y potreros. Sin embargo, esta cifra no tiene en cuenta el efecto de la ganadería extensiva.