Agrofuturo abrió fundación para el campo
“Es una fundación diferente a las tradicionales porque no solo se enfoca en dar soluciones sino que busca desarrollar ecosistemas de desarrollo productivo para suplir necesidades básicas donde apoyamos en educación, salud e infraestructura mínima de las familias.
Trabajamos en temas de emprendimiento en donde le aportamos a los campesinos, para que puedan desarrollar sus propios negocios e insertarse en la economía global y nacional. Finalmente, trabajamos temas de educación, una básica de alfabetismo y otra de competencias frente al mercado para que puedan competir”, expresó Ricardo Jaramillo, gerente de Agrofuturo.
Por ello, en una alianza con la organización Asesoría Humana y Organizacional lanzarán “la primera fase de la fundación, que concentrará sus esfuerzos en el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades de influencia directa al proyecto de cacao que Agrofuturo y Serfinco están impulsando en Necoclí, privilegiando tres sectores: educación, cultura y recreación y deporte”, dijo Lina Correa, líder del proyecto.
Para lograrlo crearon dos escuelas, la primera es de liderazgo transformacional y Coaching para emprendedores: “En esta se desarrolla el modelo del observador para el acuerdo, el desarrollo de competencias conversacionales (conversaciones que transforman), el empoderamiento del liderazgo para la gestión de comunidades y un énfasis especial en las competencias para la autogestión y empresarismo”, explica Correa.
La segunda, es una escuela de género y nuevas masculinidades para acompañar a las mujeres cabeza de familia que han sido víctimas del conflicto, en la protección de sus derechos y la generación de oportunidades que les permitan el mejoramiento de la calidad de vida de ellas y sus familias.
A través de este tipo de escuelas se hace un acompañamiento para el desarrollo de competencias conversacionales que despiertan la innovación.
La entidad gestiona planes de financiamiento
La Fundación en esta primera etapa también gestiona recursos para el capital de trabajo, es decir, la financiación mediante créditos blandos o financiación con capital semilla para que jóvenes y mujeres puedan implementar sus proyectos productivos, generando negocios inclusivos con equidad social.