Agricultores franceses vuelven a casa, pero la indignación se extiende por Europa
Agricultores bloquearon el viernes la frontera entre Bélgica y Países Bajos en protesta por los impuestos, el aumento de los costos y las importaciones baratas, mientras que sus pares de Francia empezaron a levantar las medidas de fuerza en todo el país después de que el gobierno hiciera nuevas concesiones.
Las protestas de los agricultores han estallado en numerosos países europeos, desde Francia a Polonia, poniendo de manifiesto las tensiones sobre el impacto en la agricultura de la lucha de la Unión Europea contra el cambio climático, el aumento de los costos y la competencia del exterior.
La frustración llegó a su punto álgido esta semana en Bruselas, donde los agricultores arrojaron huevos y piedras contra el Parlamento Europeo y encendieron fuegos artificiales para exigir a los líderes de la UE que hicieran más por ellos.
Los agricultores belgas y neerlandeses bloquearon el viernes varios pasos fronterizos entre sus países, mientras seguían impidiendo la entrada o salida de camiones del puerto de Zeebrugge, que gestiona las importaciones de automóviles y algunos productos frescos procedentes del Reino Unido y otros países.
Entre los fabricantes de automóviles que realizan entregas a través de Zeebruggee se incluyen Tesla Tsla.o, BMW Bmwg.de, Mercedes Mbgn.de, Hyundai 005380.KS y Volvo Volvb.st, dijo un portavoz del puerto, añadiendo que se estaba llenando de vehículos atascados en el muelle. Alrededor de 2.000 camiones estaban retenidos fuera de las instalaciones.
El primer ministro belga, Alexander De Croo, instó a sus agricultores a levantar los bloqueos.
Los agricultores franceses, por su parte, desmantelaron sus bloqueos de carreteras en decenas de puntos del país, incluidas varias autopistas que conducen a la capital francesa, poniendo fin a sus protestas tras recibir más promesas del gobierno.
"Los cortes de carretera se están levantando región por región. Algunos siguen en pie, pero poco a poco se irán retirando", declaró Jerome Despey, del sindicato de agricultores Fnsea.
Los agricultores franceses dijeron que el presidente Emmanuel Macron debe actuar rápidamente sobre sus promesas, como el desguace de los planes para subir las contribuciones fiscales sobre el diesel de los tractores, una flexibilización de las regulaciones sobre pesticidas y más controles de seguridad sobre las importaciones de alimentos, entre otras.
Su regreso a las granjas dará un respiro al nuevo primer ministro, Gabriel Attal, pero en el resto de Europa los gobiernos seguían esforzándose por aplacar la ira que se extiende.
El Gobierno griego anunció que prorrogará un año más la desgravación fiscal del gasóleo agrícola para ayudar a los agricultores, que también reclaman electricidad más barata e indemnizaciones más rápidas por las cosechas y el ganado perdidos a causa de las inundaciones.