Agricultores argentinos, el nuevo objetivo de Mauricio Macri para su reelección
Con los índices de popularidad en su nivel más bajo desde que comenzó su gestión, Mauricio Macri, el presidente que en octubre buscará ser reelecto en Argentina, también está perdiendo el apoyo de un aliado hasta hace poco incondicional: el poderoso sector agropecuario.
Aunque el grueso de los votantes se encuentra en los grandes centros urbanos como Buenos Aires, las dudas de los agricultores argentinos de cara a los comicios de octubre son un símbolo de la debacle que sufrió la imagen de Macri de la mano de la crisis económica que golpea al país.
“En el tema de definir el voto de este año, el primer factor que se juega es el económico y realmente la gestión económica de este Gobierno no ha satisfecho al sector”, dijo a Reuters Dardo Chiesa, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), que habló de “decepción” en el ánimo de los productores.
Reuters conversó con las cuatro principales entidades rurales argentinas, que hicieron referencia a la reinstalación de impuestos a la exportación y tasas de interés de casi un 70 por ciento, en momentos en que Argentina atraviesa una recesión acompañada de una de las tasas de inflación más altas del mundo.
En un país que, según datos oficiales, las exportaciones del sector agrícola y agroindustrial representaron en el 2018 el 54 por ciento del total de las ventas al exterior, la “Mesa de Enlace” -como se denomina al comité que forman los líderes de las cuatro asociaciones- es un influyente actor político.
“Nosotros expresamente salimos a apoyar a la gestión (de Macri) en las ultimas elecciones a legisladores (en el 2017) porque creíamos que eran la gestión de las políticas que el campo necesitaba”, dijo Carlos Iannizzotto, presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro).
"Yo le tenía mucha fe"
Los productores rurales iniciaron una relación idílica con Macri en el 2015, cuando el entonces candidato prometió en su campaña electoral desregular el comercio de granos y carne que aplicaba la entonces presidenta Cristina Fernández. A poco de asumir la gestión, Macri cumplió con su palabra.
Sin embargo, a inicios del 2018 la economía de Argentina se hundió en una severa crisis financiera que obligó al mandatario de centroderecha a acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) por una línea de crédito. El país acumuló ese año una devaluación de su moneda y una inflación del 50 por ciento, lo que hundió la actividad económica.
Macri se comprometió con el organismo a eliminar el déficit fiscal este año, motivo por el que en septiembre aplicó un impuesto de 4 pesos por cada dólar exportado por el sector primario, modificando su promesa de campaña de reducir gravámenes al pujante sector agrario.
Además, para lidiar con la inflación, el Gobierno mantiene las tasas de interés en alrededor del 70 por ciento para intentar contener al dólar, lo que generó más cortocircuitos entre Macri y los agricultores.
Si bien los productores rurales se vieron muy favorecidos por la fuerte devaluación del peso, pretenden que el Gobierno elimine los impuestos a las exportaciones.
“Yo le tenía mucha fe (...) Yo voté a Macri porque quería un cambio”, dijo a Reuters Carlos Boffini, un agricultor que administra 400 hectáreas en la localidad de Colón, en el norte de la provincia de Buenos Aires.
“Pero realmente Macri nos defraudó porque hablaba que las retenciones (impuestos a la exportación) eran injustas, (y) volvieron a estar las retenciones. Iba a ir eliminando un montón de cosas y no eliminó nada”, explicó Boffini.
No obstante, no todos los productores le están dando la espalda al presidente argentino, que aún es visto por muchos como el candidato más favorable para los negocios.
El presidente de la tradicional Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina, si bien no expresó un respaldo explícito a Macri, sí dijo que, a grandes rasgos, sus políticas apuntan en la dirección correcta.
“Hemos coincidido (con el Gobierno) con una visión de que Argentina necesita estar reinsertada y activa en el mundo, que necesita tener una economía orientada hacia la exportación”, explicó Pelegrina, que también reclamó una revisión de lo que señala como una alta carga impositiva hacia el sector.
“En ese camino creemos que tiene que seguir desarrollándose la política agropecuaria. En ese sentido, es la respuesta”, agregó Pelegrina.